6 de
junio, miércoles. El Maestro es pequeño, casi escondido en
una esquina para evitar las aglomeraciones, en fondo de una plaza grande cerca
del arroyo Jaboneros, - en su orilla izquierda - en El Palo. (La gente de El
Palo dice que va o viene de Málaga, ¡ea!). Para tasca le sobra esencia y
calidad; para restaurante, le falta espacio y vocación; para taberna… tiene el
sello especial de eso que lo hace diferente y participa de la tasca, y del buen
comer. Decora las paredes con fotos antiguas; la vitrina de avituallamiento,
con lo mejor del día...
Lo conocimos – el grupo Iluro-
a través de Andrés Postigo, vecino del lugar y contertulio. Andrés es habitual
en sus visitas de ‘tientos callados’; luego, cuando vamos en comandita, él como
“recomendero gastronómico mayor del
Reino” se encarga de sorprendernos con ese menú que no encontramos en ningún
otro lugar de Málaga.
El Maestro, que le da nombre al
bar, fue cocinero de un barco de pesca… Ahí, se para el sol. Además, de esos
platos de cuchara, siempre tiene la sorpresa del genero pescado no lejos de la
orilla. Cuando llegan al rebalaje él se hace con peluíllas, tapaculos,
torillos, rubios, brecas, baquetas, pollos, boquerones, sardinas, salmonetes…
El Maestro tiene en el testero de
la puerta, al lado derecho, conforme se entra y junto al apartado donde nos
encenachamos los días fríos de invierno, la carta de la casa con los platos de
cuchara. Sobre una pizarra escrito con tiza: arroz con “caraminero”, arroz con bogavante, arroz con gambón, arroz con
langostino. Salvaje extra: arroz negro al marisco, fideo banda casa, fideo
banda pulpo, fideo banda extra, arroz vino tinto…
Hay días en el que las lindes
del pueblo las ponen muy retiradas y, entonces, los amigos decidimos que ese
día hay que celebrar algo. Por ejemplo, es el día en que no celebramos nada,
pero como es primer martes del mes… pues ‘concilium habemus’. No intentamos
arreglar el mundo. Eso no tiene arreglo, pero sí el de pasar un rato de
tertulia.
Fuera la brisa que viene del
mar que no se ve pero que sabemos que está ahí, solo un poco más allá, al otro
lado de una cortina de edificios horrendos levantados por la especulación del
suelo y la luz, la sagrada, la sacrosanta luz de Málaga ¿Hay algo más bonito?
¿Hay algo más entrañable? Pues eso…
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