sábado, 11 de junio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Alcaparras

 



     Alcaparra en flor.


11 de junio, sábado. Es una planta que se extiende de manera silvestre, a ambos lados del Mar Mediterráneo, desde Asia Central hasta el Estrecho de Gibraltar. La agricultura moderna la obtiene en cultivos y su presencia en los mercados es constante - sobre todo en encurtidos -  en todas las épocas del año.

Cervantes en su obra Rinconte y Cortadillo habla de ellas: “… y gran cantidad de cangrejos, con su llamativo de alcaparrones ahogados pimientos, y tres hogazas blanquísimas de Gandul”. (Se ve que ya se hacía buen pan en Alcalá y toda su comarca en aquel tiempo).

La planta no requiere suelos muy ricos en materia orgánica. Se adapta y goza de zonas áridas y pizarrosas donde la lluvia escasea y el calor, sobra. Crece en taludes, laderas soleadas, o sea bien orientadas, en suelos calizos y no huye de terrenos ricos en sal o en yesos. Vamos, que es dura como ella sola.

Rastrea el suelo, se deja caer por la ladera, o se desparrama con un crecimiento más a lo largo que a lo alto. Es una planta pobre en hojas, espinosa – como todas las que se adaptan a la sequedad – y junto a sus hojas, deja que crezcan las púas duras y afiladas en las puntas.

La flor, preciosa. La planta se viste de colores rosáceos tiernos y se abren a modo de rosas de Jericó. Cuando fructifican la flor se pierde rápidamente, por lo que en una planta puede darse el caso de tener frutos y flores, a la vez.

La industria la emplea en los encurtidos; la gastronomía moderna la pone como acompañamiento del salmón ahumado o como un ingrediente en las pizzas. Para encurtirlas se usa vinagre y sal. El proceso es lento; necesita maceración y pericia de quien lo hace.

 En farmacia su uso es amplio. Tiene muchas propiedades: diurética, depurativa, vasocontrictor, ayuda a la vesícula biliar, astringente, expectorante… Es rica en minerales: hierro, cobre, magnesio, sodio y nutrientes.

En España, con ligeros variantes, se le llama con nombres muy parecidos entre sí y todos evocativos de su propia esencia. Se recolectan en primavera y principios de verano porque luego los frutos alcanzan un tamaño de gran desarrollo y pierden cualidades organolépticas (¡vaya palabrita).  Fueron en un tiempo, ayuda estimable en la economía de familias modestas. Las tenemos ahí, ahí mismo, casi en la puerta de la casa…

 

 

 

 

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