Entro a Antequera por el
Portichuelo. Cruzo la plaza, es media mañana. Santa María de Jesús a un lado,
al otro, la ermita callejera del Socorro o del Portichuelo que para el caso es
lo mismo. En la lejanía se recorta en el horizonte, la Sierra de la Camorra…Desde
donde se mire, siempre sorprende.
La Plaza se escapa por tres
calles: a la derecha, la de los Herreros, recuerdo donde el oficio tuvo tanta
presencia como necesidad de uso; a la izquierda, Álvaro de Oviedo, estirpe de
la nobleza antequerana, también muy viejo. Más adelante, el palacio de las
Escalonías; por el centro, Caldereros a la que le cuadra lo de a la calle de
los Herreros. Oficios…¡Ay, la pátina del tiempo!
Bajo el brazo, la Guía de Jesús
Romero – para las iglesias y la orfebrería antequerana, la del padre Llordén -.
Quiero ir y voy a Santo Domingo. Cruzo Pasilla con Rastro, y ahí, a la
izquierda, el que fue convento dominico.
Está en la Cuesta de la Paz.
¿Cabe nombre más evocador? El convento se asentó sobre el primitivo templo de
la Nuestra Señora de la Concepción, que acogió a los niños expósitos. Luego,
los frailes predicadores levantaron un templo magnífico, con portada manierista
y, en el interior, una riqueza que asombra: imágenes, patrimonio, monumentalidad…
Una mujer salía de una de las
casas de enfrente…
-
Buenos días, señora, ¿sabe cuándo abren la
iglesia?
-
Pregunte…
No me puedo aguantar. Respondo:
es lo que hago… Después supe que los domingos, de doce a dos… La Guía, informa
que los frailes fueron desamortizados en el siglo XIX, cuando Mendizábal (“aquel ateo, aquel impío / que a los curas
echó / y cerró las ermitas / y dejó a oscuras / a las ánimas benditas” ).
Hoy, sede canónica de la Cofradía de la Paz.
Echo un vistazo a la fuente: un
solo caño. Subo otra vez. Supero el desnivel de calles y vuelvo a mirar tanta
belleza serena y un poco más abajo, recortado en el cielo, el dorado del
angelote de San Sebastián…
Tomo por la Calle del Viento, al
final, a la derecha, la de San Judas me lleva al mirador de las Almenillas,
pero no voy. A la izquierda, por Zapateros – seguimos con los gremios – bajo a
la Plaza de San Sebastián…
La cofradía de La Paz, abre Santo Domingo los sábados por la mañana. Merece la pena. Una pequeña joya con una falsa cúpula que impresiona.
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