domingo, 27 de septiembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Adiós, septiembre

 

 

                                     


Ventoso y soleado. Este último domingo de septiembre ha despertado con aire revuelto. Viene de poniente. En ocasiones, sopla con fuerza y hace que crujan los bastidores de las ventanas y las puertas den portazos a destiempos…

Platero, en su tierra de Moguer, vería en un día como hoy cómo la tierra caliente se abre en los surcos de la besana. ¿Sabes, Platero? Ya no hay besanas, ni yuntas que rompen la tierra, ni pajarillos que buscan los bichillos que afloran a la luz del sol, cuando la punta de la reja le ha abierto las oscuridades de sus entrañas. Ahora, los tractores aran y siembran, todo de una vez…

No hay casi nadie en la calle. Han pasado unas mujeres, vestidas de nuevo a estas horas, y con un monedero en la mano, vienen de misa. Algunas mujeres, tienen la costumbre al salir de la iglesia, de comprar para llevarlo a casa, el periódico del domingo. Pasan también por la frutería de la esquina, o por la tienda del barrio que vive de los olvidos o de las necesidades de última hora.

Los dominicales vienen cargados además de con las noticias del día, con ediciones especiales, con tropecientas mil ofertas de las cosas más pintorescas: una colección de cucharas con florecitas en los extremos del mango, una muestra de las zapatillas que utilizaban las princesas chinas en la Edad Media…, o con una información que no interesa a casi nadie. Cada día la gente lee menos el periódico. La prensa de papel tiene un problema serio, muy serio.

Decía el maestro Alcántara, que no hay nada más viejo que un periódico de ayer. Antes se utilizaban para envolver el par de zapatos que se llevaba al zapatero, el cuarterón de pescado en la pescadería del mercado de abastos o para… Ha perdido todos esos usos. Ya la gente no lee. La gente va por otros modismos. ¡Ay!, qué vida Señor. Todo vuela.

Ha refrescado algo.(El virus no se van ni con viento fresco). Dicen que el mar tiene olas de altura considerable, que ha nevado en el Pirineo y que la aceituna de verdeo pide agua, pero agua ya, antes de que empiecen a ponerse moradas… El otoño ha venido con distintos ropajes. ¡Casi todo el mundo, descontento!


 

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