domingo, 20 de septiembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Adiós verano

 

 

                              


 

Ahora tocaría cantar una vez más, con el “Dúo Dinámico” y repensar todo aquello que nos edulcoraba en los años de juventud y repetir una y otra vez, que sí, que es verdad, que las hojillas del almanaque dicen que está aquí y que ha llegado el final del verano.

Aquellos veranos sin un céntimo en el bolsillo y paseos calle arriba y calle abajo y baños en el río y en las albercas de Flores  - ¿os acordáis lo fría que estaba el agua en las albercas de Flores? – y en la Argamasa y en la Playita, y en Los Remolinos…

Leonardo Favio nos cantaba algo muy bonito donde decía que “fuiste mía un verano, -¡cuánto más de ilusión que de realidad¡-  solamente un verano…” Era la añoranza a un amor que había sido, pero que ya no era porque la vida es así y todo, como decía don Antonio, pasa, porque “lo nuestro es pasar”.

“Los gritos”, un grupo que tuvo su protagonismo por aquellos años jóvenes, también despedían al verano, hablaban de campos marchitos, de pájaros enmudecidos, de álamos sin hojas y de la partida de la chica que se iba, como se iban todas las chicas que daban un colorido especial a los veranos…..

Las estadísticas dicen, que este verano que se despide, ha sido más caluroso que otros, y que lo del cambio climático va tan en serio,  como que todo está cambiando… para peor. Como era peor – al menos, a nosotros nos parecía así, y no era ni mejor ni peor, sino distinto – aquello de reemprender el curso. Ir a la Denis, en Calle Santa Lucía, a comprar los libros de texto, subir por Mariblanca y por calle Refino la cuesta camino del Ejido, donde esperaba la lucha sórdida con todo lo nuevo.

Otros muchachos amigos, no estudiaban y para ellos empezaban los días de un jornal incierto, los madrugones para ir a la obra, las primeras escarchas mañaneras, porque amanecía más tarde y todo estaba chorreando en el campo. Ellos, también decían adiós al verano… Hemos dicho adiós a un puñado de veranos y a amigos que no vieron cómo nos fueron llegando otros veranos. En fin, la vida.


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