lunes, 7 de septiembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Flor de las flores







Flor de las flores. Ocho de septiembre. Natividad de la Virgen María. En la Iglesia Católica, multitud de feligreses muestran devoción a la Virgen, la ‘última Virgen del verano’, celebrando su festividad bajo diferentes advocaciones.

“Es morena y chiquitita / se llama Virgen de Flores / y es pa mí la más bonita”. Ah, el fandango arranca con eso de: “Para patrona bendita/ la de mi pueblo, señores”. Pero ya se sabe, en esto, como en otras muchas cosas, el orden de los factores…

Desde hace más de quinientos años, en Álora, a donde con mucha dificultad llegan las brisas que vienen del mar los días calurosos del verano, se venera a la Virgen de Flores. Vino de la mano de los hijos de Encinasola, esa tierra que según mi amigo Fermín Adame, “está lejos de todos sitios”. Al paraje donde se ubicó, se le llamó como a aquel de su origen: Flores. El de allí, el de las Sierra de Huelva, junto al Múrtiga o la Rivera que es lo mismo, y el de aquí, al pie del Hacho, y a tiro de vista del Guadalhorce.

Eran tiempos de conquistas y guerras. El reino nazarí tocaba a su fin, los Reyes Católicos formaron un gran ejército: gentes de Freixenal, de las Cumbres, de Estepa… y de Encinasola que, además de quedarse como repobladores, traían el amor a su madre bajo la advocación de Virgen de Flores.

La Virgen se venera en su santuario construido a comienzos de 1592, más de un siglo después de la toma de Álora por las tropas cristianas. Los franciscanos vinieron desde el convento de Los Ángeles de Málaga y permanecieron en él hasta 1835, en que fueron exclaustrados en la desamortización de Mendizábal. La devoción a la Virgen ha permanecido durante siglos, y el contacto con Encinasola, con diferentes alternativas, ha conservado lazos de amistad y cariño mutuo.

Este año, no saldrá la Virgen en procesión como todos los años en la noche del 8 de septiembre. Tampoco habrá romería que la devuelva al convento el domingo inmediatamente posterior, que correspondería al 13.  La circunstancias mandan prudencia y evitar aglomeraciones. Es una manera de poner de nuestra parte todo lo que esté en nuestras manos. En lo ‘otro’ pues ya se sabe quién puede mandar. “Flor de las Flores, y de estrellas coronadas, oh, Madre mía de Flores…”



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