domingo, 14 de octubre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ciclo de vida



Otoño. Murmullo de hojas caídas junto al cauce, en los bordes del camino, en las aceras de la calle, en los paseos del parque…  Hay una alfombra de suspiros bajados de los árboles en las orillas del arroyo, en los regatos, en el recodo de la cañada que baja y baja. Se desnudan, lentamente, los almeces y dejan un entramado de ramas que sortea el viento...

Otoño. Resuena en la lejanía del recuerdo  de Joan Manuel Serrat que canta a la lluvia y a los cristales que la ponen al otro lado, y a la soledad de los leños que arden como arde la vida que se va, en la chimenea, porque puede que, de noche, se levante algo de frío…

Otoño. Evocación de versos de don Antonio Machado. Recuerda una escuela inmunda de rutina y hastío. Escolares de monotonía. Todo es una repetición de la tabla que se memoriza a golpe de letanía, y a mapa de huele y a Historia Sagrada que dice, aunque cueste admitirlo, que unos hermanos matan a otro.

Otoño de castañas en la esquinas. Puestos humeantes; un infiernillo, unas ascuas encendidas; gente que pasa y compra… Hace unos años que Antonio, Antonio Díaz, ‘Antonio, el Carnicero’ levantó el puesto de la Veracruz porque el calendario le dijo que ‘era viejo’ y lo mandaron a la jubilación,  y ¿sabes Antonio? , la Veracruz ya no es la misma porque tú eras parte de ese paisaje…
Otoño en los papeles en las tardes en las que anochece antes y uno hurga y encuentra los apuntes que esperan retomar destino y los libros aparcados en los anaqueles porque el calor sofocante casi obligaba a dejar aparcadas algunas cosas ‘para cuando refresque el tiempo’.

Otoño. Se han ido de algunos sitios las cigüeñas. No hay golondrinas, las del vuelo rasante, ni tórtolas de arrullos en las cercanías del pozo donde venían a beber en las horas de la siesta. Con el otoño han llegado los pichis y los carboneros y las alúas al talud del borde de la vía…

Otoño. Rebrota el campo. Hay un manto verde en las sementeras tempranas. Me llama un amigo y me dice que tienen sembradas las habas y las coles; y vendrán otros cultivos porque el otoño es el ciclo, otro ciclo más de nuestra vida, que inexorablemente, marca nuestro tiempo…



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