miércoles, 17 de octubre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Calle del Agua



Conforme se sube por la calle de la Victoria, a la derecha. Estrecha y empinada. Apunta a Gibralfaro. Dicen que antiguamente, - quizá no tanto – estaba abierta al monte. Después la cerraron y la dejaron como está ahora, o sea, sin salida. En Málaga hubo otra calle del mismo nombre entre Comedias y Nosquera. Es otro sitio; otra historia.

Enrejada y de edificios a media altura. Es angosta y hace un poco de curva como quien quiere invitar a que se entre en ella porque dentro encierra aún más encanto, más misterio, más belleza que oculta a los que llevan prisa y quieren pasar de largo.

Debe su nombre al pozo que abastecía al barrio. Málaga de pobreza y desarrollo incierto en su expansión  después de la toma de la ciudad en 1487. Excavaciones en su suelo han dejado al descubierto que también hubo allí dos mezquitas almohades y un panteón nazarí…

En la esquina, la que da a calle Victoria, construyeron una capilla de devoción popular. Se veneran a Jesús del Rescate, y a la Virgen de Gracia. Las imágenes se procesionan en la noche del Martes Santo.

La cofradía – en sus orígenes unida a la Orden Trinitaria - se fundó a raíz del rescate de la imagen de Cristo del poder musulmán en Mámora, 1682, reino de Fez. Sus comienzos en la calle Liborio García, en el ‘Conventico’, luego,  San Juan, Santo Domingo, Santiago… Destrucción casi total en los acontecimientos de 1931. Se refunda en 1949

El pintor Leonardo Fernández la llevó al lienzo que sirvió de Cartel  - magnífico cartel valorado y exaltado por los entendidos -  anunciador de la Semana Santa de Málaga en 2008. Jesús maniatado, con túnica roja y cíngulo dorado, bajo un olivo a la sombra de una antorcha, premonición de Getsemaní  y la Pasión que venía; al fondo, Málaga con la torre enhiesta de la catedral que pincela un horizonte de azul y nubes.

La calle del Agua, corta en longitud ha conseguido una prolongación que no podría haber soñado nunca.   El Maestro Alcántara acuñó, algo bellísimo: “La Virgen de Gracia era mi vecina de enfrente cuando yo era niño”. Y si lo dice el Maestro, ahí se para el sol.




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