No. No voy a hablar del tiempo,
ni de inundaciones, ni de corrientes en chorro, ni si la borrasca viene por tal
o cual mar o si ahora lo que toca es un aire frío que viene del Polo y va a
poner a tiritar hasta el mismísimo Dios. Por cierto. Ya hay quien ha abierto el
negocio a costa del Niño…
Dicen que Cádiz tiene dos mares
‘la mare que parió al levante’ y la ‘mare que parió al poniente’. Ahora lo
arrecia es una agua de levante – que viene por el mar, por el mar de Cádiz - que
no hay quien la aguante. Peligran más de seis mil puestos de trabajo con lo
malita que está la cosa y con lo bien que pintaba todo esto de los barquitos a
los que llaman corbetas y eso…
La culpa la ha tenido un hijo
de Satanás que ordenó a otros hijos de Satanás que actuasen con mano libre y
motosierra oxidado y se llevaron por delante a uno que no estaba muy conforme
con ellos y, además tenía el atrevimiento, de contarlo y escribirlo en los
periódicos.
Los hipócritas y puritanos de
occidente que cantan según le va en la feria a ellos y no a los demás, se la
están liando parda a los presuntos -
claro – culpables de asesinato por eso de los derechos humanos y por el respeto
a la Ley. Por supuesto que en esa parte llevan razón. Naturalmente que, si actuasen
así siempre, no habría nada que objetar pero…
La gente de Cádiz se toca la
ropa cada día. Los astilleros dan trabajo, mucho trabajo a un montón de gente,
y todo puede tirarse por la borda o irse, y nunca mejor dicho, al garete, y lo
que eran buenas perspectivas es un futuro un poco tirando a oscuro y casi
rayando en ese color que se llama negro.
Hay miedo; casi, pánico. Entre mucha gente
corre un agua de levante que no se aguantan ni ello. Temen lo que se puede
venir encima. Se cumple – ¡ley de vida! – el dicho: “El muerto al hoyo / y, el
vivo – hay otros ‘vivos’ pero esos aunque asoman la orejita, hoy no tocan - ,
al bollo”.
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