martes, 31 de octubre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tierra de Campos

El viajero se echa a la carretera temprano. El sol ha subido un par de palmos en la llanura. Castilla está reseca; Castilla pide agua en una agonía prolongada.  El cielo azul, limpio. El cielo es un espejo que se hunde en un horizonte de alcores, y cerros suaves…

En la lejanía, conforme sale de la ciudad, a la derecha, ve el Cristo del Otero. Hay quien dice que es la obra más importante de Victorio Macho. El viajero tiene sus dudas. Recuerda, ahora, en la mañana palentina, la casa del escultor – Berruguete, también era de esta tierra – abierta en una balconada sobre el Tajo que circunvala, a modo de hoz,  Toledo.

Cruza por un paso elevado las vías del tren. El tren que va ¡a tantas partes! , y un poco más adelante el río Carrión. Sí, el de las Fuentes Carrionas, en la montaña palentina; si, eso que es un reguero de oro viejo por medio del páramo. Un poco más adelante, salva el Canal de Castilla. ¡Qué gran obra inconclusa de los Ilustrados! España que empieza tantas cosas y cuántas deja sin terminar.

Carrión debe el origen a los vacceos; el nombre al río; los apellidos a un montón de nobles. No es el caso de agobiar. Deambula, pasa por de San Zoilo, se tropieza con peregrinos y  por delante de la casa donde dicen que nació el marqués de Santillana.

Frómista es una joya. Frómista es única. Frómista es el lugar donde hay que sentarse y dejar que pase el tiempo. Y olvidar la prisa para otro momento y contemplar y extasiarse y que vuele el pensamiento y la fantasía y ver cuánto de bueno llegó por un camino por el que la gente venía andando…

Antes de Támara de Campos tiene otro encuentro con el Canal de Castilla. Támara tiene 72 habitantes; un pasado esplendoroso.  Delante de San Hipólito el Real se empapa de parte de su historia. Un botón de muestra: 1127, Alfonso VII de León exige a su padrastro: Alfonso I de Aragón la devolución de las plaza ocupadas durante su minoría de edad. Se firma el Pacto de Támara. En el arreglo entra que al aragonés se le reconocía soberanía sobre Vizcaya, Alava, Guipuzcoa, Belorado…


El viajero esboza una sonrisa por dentro y sopesa eso de algunos pasados ‘históricos’.



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