lunes, 30 de octubre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las cigüeñas del tejado

El otoño  ha llegado  Castilla por donde viene siempre, o sea, por el curso de los ríos. Las choperas se ha vestido de oro viejo y muestran sus ramas desnudas. Esperan los fríos que están por venir, y  que no tardarán mucho.

El viajero subió a la Meseta por la ruta de la Plata. En Salamanca hizo un giro. Cruzó el Tormes. Venía azul y plácido; venía tranquilo como  lo veía don Miguel, don Miguel de Unamuno, “De Salamanca cristalino espejo / retrata luego sus doradas torres, / pasas solemne bajo el puente viejo…”

Simancas encierra los tesoros de los papeles viejos en su Archivo General; Tordesillas, el recuerdo de Doña Juana. Comuneros y tierras en pie de guerra contra Carlos, hijo y Emperador de un Imperio que dominaba el mundo;  Castilla, sublevada. “Morados pendones viejos, violados de tanta espera”.

El viajero  ve  indicadores para Dueñas y para Venta de Baños y recuerda el nudo ferroviario por el que pasó una noche, de madrugada, en un tren con máquina de vapor,  cuando era muchacho y ya gustaba de ver y empaparse de otras tierras. Entra en Palencia – donde estuvo la primera Universidad de España – por la avenida de Valladolid y por Modesto Lafuente y Manuel Rivera llega a Casado del Alisal donde tiene apalabrado alojamiento.

Se echa la noche. Hace fresco. A Castilla ha llegado una avanzadilla de otoño; aún no hace  frío. Se lanza a la calle. En la glorieta de San Lázaro gira a la derecha. Baja por la calle Burgos, entra porque aún está abierto (un puñado de mujeres rezan el rosario) en el monasterio de Santa Clara. La historia salta a la vista. Siglo XIII, Cristo yacente de regular gusto, terrorífico; sepulcros en mármol de los fundadores. Deja a las personas en sus cosas…

En la Plaza Mayor  preparan un concierto;  dicen que aún es verano y, luego sigue hasta la Catedral de San Antolín, porque en Palencia le dedican su catedral a San Antolín. El nombre de la calle, Jorge Manrique,  lo evoca: “recuerde el alma dormida, / avive el seso e despierte / contemplando…”


Sobre los pináculos del templo, en los aleros del tejado,  en las torres, las cigüeñas, espaciadas entre sí, esperan que pase la noche.


Resultado de imagen de cigüeñas en la catedral de palencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario