Lo había dicho la televisión. El hombre del tiempo,
también. Lo había avisado; no le habíamos hecho mucho caso porque como siempre
dice algunas cosas que luego… El otro día, no. El otro día se salió con la suya;
a media mañana, nevaba. ¡Nieve en marzo! El que sacó a su padre al sol y lo
apedreó, ese, ese.
Un video (con esto de las redes sociales se sabe
todo al momento) lo confirmaba. Nevaba también en el Bruch y en Monserrat, en Guadalajara,
y en Burgos, y en Santo Domingo de Silos donde ese ciprés en el que anidaban
los gorriones y cantó – bueno, los monjes, allí cantan de otra manera – como
nadie Gerardo Diego.
Cadenas en Ávila, Salamanca y Zamora; el viento
azota las costas de Huelva y Gredos se
corona de blanco; las gargantas avisan
que ya eclosiona la primavera; el Jerte expectante a su nevada sobre los
cerezos…
Por aquí ni primavera, ni invierno, ni… Nubes altas.
Todas de paso; frío, en el aire. En la sierras de la parte de Granada ha caído,
también nieve con abundancia y todas están blancas. En el campo dicen que esto
va recargar los veneros y los pozos; correrán las escorrentías y habrá charcos
en las coladas.
¿Serán que están de prueba con los trajes de la
Primera Comunión? Un amigo me recuerda que la nieve son plumas de ángeles.
Estoy seguro que sí. Son los angelillos traviesos que juegan con las almohadas.
Se han despistado los encargados de hacer las camas….
El campo sigue su curso. Hay puñados de margaritas
en el borde del camino y lirios morados, y orquídeas en el Hacho. Yo no las he visto
pero me lo ha contado un amigo. Hay olas de brisas en los trigales peinados con
dulzura, con primor, con mimo.
Los pájaros cantan cada mañana. Han reventado las
yemas en los sarmientos de hogaño y hojas tiernas en las parras viejas. Apuntan
a flor las encinas. Compiten entre ellos
rosales, geranios y unas florecillas que tienen la alegría de todo lo
primoroso pero yo no sé sus nombres…
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