Esto ya huele a incienso; a turiferario de estreno; a romero por las
calles; a cera de velas; a penumbra de los templos… Esto huele a gloria bendita
que se viene hasta la tierra desde el cielo… Esto huele a tallos de olivos tiernos.
¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!, y a azahar que embriaga y perfuma, y a mujeres de mantilla, y…
Esto huele a Jesús Orando en el Huerto, que viene del Calvario, del nuestro, y es Jesús que parece más hombre, con sus dudas, con sus miedos…
“Padre no se haga mi voluntad sino la tuya”
Y a un Jesús Atado a la columna porque maniatando a
los demás nos reafirmamos en nuestra sinrazón y Jesús mira, y perdona y deja
que todo se cumpla porque así estaba escrito y así tenía que ser…
Esto huele a Nazareno que baja de las Torres y
viene, un año más al reencuentro. Un año más; maravillosamente igual;
maravillosamente, distinto. Él arriba; abajo, el pueblo: espera, reza, implora, suplica… Hay un Dios con cara de
infinitamente bueno y sones de trompetas y tambores…
Y un Cristo Crucificado, “No me mueve mi Dios para
quererte, el cielo que me tienes prometido…” Y hombros de hombres jóvenes, una
juventud a la que hemos cerrado muchos
puertos y le hipotecamos el futuro, y…
Dolorosa de dolor de Ella; y otro dolor, el nuestro.
Le damos los nombres de todas esas limitaciones que nos quitan el resuello, y
Ella es Amor, Soledad, Esperanza, Remedio, y todas las lágrimas; las lágrimas
de advocaciones: María Santísima de los Dolores; las lágrimas de las preguntas sin respuestas, ¿por qué?; ¿por qué? ¡Ay, Virgen
de las Ánimas! Todo, todo; todo recogimiento.
Esto huele a alondras que cantan al alba y a pájaros
que también cantaban como aquel día al caer la tarde. Él se fue con ellos; iban
apesadumbrados y tristes por lo que
había pasado… ¡Quédate con nosotros que la noche está encima…” y se sentaron y
lo reconocieron al partir el Pan.
Pan nuestro de cada día. Benito, Señor por nuestro
pan de cada día y por la luz y por los campos verdes y por los árboles frutales y
por las rosas nuevas. Esto huele a túnica,
y a gloria bendita que baja de otro cielo cada primavera.
Por la gracia de Dios, que te puso en nuestras vidas para disfrutar de tu prosa, excepcional querido paisano. como siempre
ResponderEliminarMuchas gracias, querido amigo.
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