Lucas ha escrito su segundo libro. Lucas González Rengel une en su nombre y apellido connotaciones de tres
grandes: Lucas, que escribió uno de los Cuatro Evangelios. No es el caso;
González, un proverbial defensa, - puesto en el que jugó este Lucas, el nuestro
-, del Málaga y Granada; tampoco. Y
Rengel uno de los grandes - de
baloncesto, el que más - del periodismo deportivo de Málaga. Como que no.
Memoria
grafíca del fútbol en Álora (1930-1970) es una joya del saber,
del amor a un deporte, de la dedicación a la investigación pormenorizada,
concienzuda, contratadas. Lucas lo ha
vivido, lo ha investigado y ha sabido llamar a la puerta oportuna. Ofrece algo
único.
Sin este trabajo se habría perdido parte de la
historia local de la Álora que llega de la mano del fútbol. Escribir un libro
es dedicarle muchas horas. Lucas, le ha dedicado más. Y ahí resulta el trabajo
espléndido. Va a hacer brotar más de una
lágrima a algunas glorias que aparecen en sus páginas.
La presentación, en el teatro Cervantes la hizo
Antonio Espíldora, primo del Espíldora, que para nosotros era ‘Paquito Muñoz’,
que jugó en la Olímpica Victoriana – quizá una premonición para ser el primer
olímpico malagueño y perote aunque nacido en Ceuta, en el Madrid, Villarreal y
Cádiz y a quien se homenajeó...y hermano de Juan Espíldora, el mejor portero en
la historia del C.D. Álora.
Y para colmo Miguel Ruiz, “Pío” cantó por malagueñas y en Álora eso es como hablar de vinos
en la casa Domecq o de toros en Zahariche.
Lucas quiere al fútbol y quiere a su pueblo. En este
libro está la muestra. Lucas quiere a la gente que ha estado junto a él: en su
misión de educador en el colegio San Francisco de Asís en Fuengirola o en sus
experiencias de jugador y entrenador.
Lucas González Rengel es también el notario plástico
de estas pequeñas cosas grandes de su pueblo, del pueblo llano, del pueblo
acurrucado en el tiempo. Lo expone con la pulcritud. Le ha puesto muchas horas
de trabajo y muchas de ilusión. Tiene las alforjas llena de cariño. Su obra, un
hito – el segundo; vendrán más – y es al mismo tiempo un punto de encuentro en
muchas tardes de recuerdos
El equipo fue el "Pequeño Betis", años 30. Siglo XX
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