jueves, 12 de mayo de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Ay, trece de mayo!

Un amigo que se las anda en los fervores rocieros me llamó anoche: “Pepe, esto no es llover; esto es mala leche”. La respuesta venía dada: “sarna con gusto no pica”. Dicen que los alrededores de la ermita que en tiempo normal es una sobra de agua, ahora es una laguna y no se sabe si es mar o es marisma.

Claro que para una vez que viene la romería al año podría aflojar el jarreo, digo yo, y dejarlo para otro ratillo con menos carretas en los caminos, con más polvareda en las arenas, con más candelas por la noche y con esos despertares de tamboriles y sueños.

¡Ay, trece de mayo! Un año se me ocurrió ir a Fátima. Oigan, eso no es gente; no, no. Eso son las cataratas del cielo abiertas pero no de agua, como en la Rocina, no; como cuando dicen que viene el Cautivo por el puente de calle Mármoles, o la Legión por la Alameda o la Despedía, en Álora, una mañana de Viernes Santo…

¡Ay, trece de mayo!, y Rafael de León en estado puro y doña Concha – porque doña Concha solo hay una – Piquer, que esa sí que era grande, cantando en la radio en los programas de discos dedicados que hacían feliz a media España.

 Y yo - que decía la copla -  que me encontré contigo, y ojos de manzana, y labios de cuchillos y linajes y apellidos y una España en blanco y negro con sueños de domingos por la tarde y ropa nueva de estreno cuando la carestía era tanta y las alegría tan pocas.

¡Ay, trece de mayo!, bendita sea la  mare, la mare que te ha parío… ¡Ay, Dios, ya la hemos liado! Ahora que nos mandan de vuelta a la tribu que propone la redentora catalana… Por cierto, la única tribu que admito, que es buena de verdad, palabrita del Niño Jesús, es la que cada día  de título al artículo de Barbeito, en el ABC de Sevilla; esa sí; esa no tiene desperdicio pero ¿la otra…?


Me quedo con la borrachera de cariño, con el alba y el trigo, con el atardecer y madrugada, tarde y noche y…“que es mi sinrazón campanas / y tu voluntad sonio / ay, trece de mayo, cuando me encontré contigo”.

1 comentario:

  1. Muy bueno, querido Pepe. Y muchas gracias por lo que me toca. Y un abrazo. Y no olvides que siempre que ha llovido, ha escampado.

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