domingo, 7 de diciembre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Reencuentro


                                              

Suena, después de comer, el teléfono. Se rompe el esquema inicial de domingo en casa. Un grupo de amigos celebran los 25 años de la salida del colegio. Me requieren. Voy. El reencuentro, ¿emotivo? Es poco. Se han hecho grandes. Los caminos de la vida se han cruzado, este medio día, soleado y frío del mes de la Pascua en Casa Abilio.

Abrazos, besos…

-           ¿Don José, qué toma? Pero, si yo ya he comido…

 Gregorio, que es uno de ellos, siempre con la capa casi desplegada,  en su momento, como la media verónica de Morante, como la chicuelina del ‘Niño Sabio de Camas…” como el arte de Curro: “don José ¿una copa de cava?” y, me la pone en la mano.

Y se brinda y les digo (la verdad que no sé qué les dije, porque todo era emoción, pero sí que terminé con algo así como: Que Dios os bendiga. Y alzamos la copa. Y me acordé de aquello del padre Manyanet, que en letras de molde, le tenía puesto en un testero: “La escuela es el lugar donde nacen, crecen y se desarrollan las amistades que duran toda la vida”.

Y supe que hay quien se la anda con un camión por esas carreteras, o en Barbate o en Gibraltar, o en Cártama, o en Coín, o en Málaga o en Madrid o… da lo mismo. Todos los caminos se han cruzado esta tarde en el rompeolas de espumas de la amistad y del recuerdo.

Colegio Los Llanos, 1980-1990. Fui su tutor en 6º,7º y 8º. Eran tiempos de la Educación General Básica. Cuando en el video proyectan la Decimo Primera Semana de Cultura Andaluza: aparece la relación de conferenciantes: Manuel Alcántara, Juan José Laborda… No sigo. A eso llegaba entonces la Escuela Pública.

Son demasiados recuerdos. A Antonio lo llamó la luz de alba antes de despertarse. Y, Alfonsito, porque para uno es difícil que no sigan siendo niños en el “hasta luego”, va y me dice: “Don José  ¿qué se siente cuando se ve el fruto del deber cumplido...?”


Y recuerdo la otra máxima de Chaplin: “Se tú e intenta ser feliz, pero ante todo, se tú”. Por la calle, me afloran las lágrimas a borbotones.  Es una tarde fría del mes de la Pascua. Hasta siempre, mis entrañables “cernícalos lagartijeros”.

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