domingo, 14 de diciembre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nubes de diciembre

                                  

Dicen que hay movimientos en los caminos: Pastores que preparan los cantaros de miel porque van camino de Belén; Reyes que viene por las arenas cálidas de desiertos lejanos; gañanes que recogen las yuntas terminada las sementeras en pradera de serrín verde…

El hombre del tiempo  anuncia que las nubes, las que entran por el Golfo de Cádiz, cruzan la marisma y descargan sobre Andalucía andan, también, de camino. Son plomizas y traen agua que viene muy bien al campo que ya está precioso.

Los políticos – algunos – se han echado a los caminos, por cómo está el patio  .y por lo que puede venir  Hay quien ve, y lo dice y se queda como quien oye llover  que la crisis casi se ha acabado. Naturalmente le tiene que poner una par de velas de las grandes a Santa Lucía para que les conserve la vista, claro.

Alguien que tenga acceso a tan ‘sesudo’ señor le debería recomendar un paseo por otro camino, por el de la realidad. Desgraciadamente, no es la que ve el Sr. Presidente, ni va en  la burra que nos quiere vender…

Hay otros caminos. Están llenos de gente. Vienen, todos de algún sitio; van a alguna parte;  tienen un horizonte oscuro. Sueños rotos, metas inalcanzables. Soledad. Esperan una luz que guíe y disipe tinieblas.

El villancico canta que hacia Belén va una burra y todo eso que sabemos. Me gusta más – tratándose de ganado asnar – un burrito que era “pequeño, suave, tan blando por fuera, que se diría todo de algodón…” Acaba de cumplir cien años. Con él aprendimos muchos a leer.


Están los cielos plagados de nubes de diciembre. Son grises; juegan al escondite con la luz. Son nubes viajeras, exiliadas de los mares anchos, y puestas en camino por mor de hacia dónde soplan los vientos. O sea que en todos  los caminos  - también en los del cielo - hay estos días movimientos.

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