Dicen que hay movimientos en los caminos: Pastores que
preparan los cantaros de miel porque van camino de Belén; Reyes que viene por
las arenas cálidas de desiertos lejanos; gañanes que recogen las yuntas
terminada las sementeras en pradera de serrín verde…
El hombre del tiempo anuncia que las nubes, las que entran por el
Golfo de Cádiz, cruzan la marisma y descargan sobre Andalucía andan, también,
de camino. Son plomizas y traen agua que viene muy bien al campo que ya está
precioso.
Los políticos – algunos – se han echado a los caminos, por
cómo está el patio .y por lo que puede
venir Hay quien ve, y lo dice y se queda
como quien oye llover que la crisis casi
se ha acabado. Naturalmente le tiene que poner una par de velas de las grandes
a Santa Lucía para que les conserve la vista, claro.
Alguien que tenga acceso a tan ‘sesudo’ señor le debería
recomendar un paseo por otro camino, por el de la realidad. Desgraciadamente,
no es la que ve el Sr. Presidente, ni va en la burra que nos quiere vender…
Hay otros caminos. Están llenos de gente. Vienen, todos de
algún sitio; van a alguna parte; tienen un
horizonte oscuro. Sueños rotos, metas inalcanzables. Soledad. Esperan una luz
que guíe y disipe tinieblas.
El villancico canta que hacia Belén va una burra y todo eso
que sabemos. Me gusta más – tratándose de ganado asnar – un burrito que era “pequeño,
suave, tan blando por fuera, que se diría todo de algodón…” Acaba de cumplir
cien años. Con él aprendimos muchos a leer.
Están los cielos plagados de nubes de diciembre. Son grises;
juegan al escondite con la luz. Son nubes viajeras, exiliadas de los mares
anchos, y puestas en camino por mor de hacia dónde soplan los vientos. O sea
que en todos los caminos - también en los del cielo - hay estos días
movimientos.
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