lunes, 13 de octubre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Traslados

                                           

Cuidadín con meterse en los charcos. Se mojan los pies y, luego, vienen los constipados. El Obispado de Málaga quiere hacer no sé que para ‘regular’ los traslados procesionales. Esto, abordado en octubre, es como una redrojada de la Semana Santa.

Tiene mucha tela que cortar este traje. Verán. Los temas semanasanteros tienen dos caras: la religiosa y la social.  Son como las vías del tren. Por mucho que se prolonguen nunca se van a encontrar. Se mire cómo se mire están ahí.

Los hay, y tenemos que llamar a las cosas por su nombre, quienes se acercan al trono - o no se retiran de él por muy largo que sea el verano – por un sentimiento de religamiento con algo que lleva dentro. No sabe desde cuándo ni cuánto le va durar. Pero está allí.

Los ‘avispados’ son de otra ralea. Acuden – siempre con cara de no haber roto nunca un plato, claro - junto al santo (Virgen o Cristo) da igual, porque saben estar en el sitio oportuno y en el momento adecuado. Abre muchas puertas ser Hermano Mayor o de la Junta de Gobierno de tal o cuál cofradía o hermandad. Es puro y duro un aprovechamiento en bien propio.

Separar a churras de merinas es una misión casi imposible. Ahora el Obispado parece que quiere regular las manifestaciones populares y callejeras. Las vueltas por el barrio – algunos llevan más bandas de música que en la salida procesional – tienen un tinte un tanto especial.

Las  procesiones arrastran a muchos a favor y, a muchos, en contra. Hablar de esas cofradías emblemáticas que en la procesión oficial van todos detrás del Cristo y bastante menos detrás del trono de la Virgen… Pues eso.

Me viene a la mente la anécdota del santo cura de Ars. Acude la multitud a escuchar al pobrecito Juan María Bautista Vienney. Entre  los asistentes una pobre viuda llora a su marido  que se había suicidado arrojándose desde lo alto de un puente…El santo la localiza entre la multitud:
-          Entre el puente y el río hay mucho trecho, le dijo.


No es mal mensaje para sesudos del Obispado y para acompañantes en los traslados…

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