martes, 21 de octubre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Zaragozano

                                                         

Mi abuelo se levantaba al amanecer; mejor, antes de ser de día. En este tiempo echaba un candelorio en la chimenea y cuando los rayos del sol levantaban al personal ya había hecho el café y tenía la casa calentita.

Paco aparejaba los mulos y salía al campo donde siempre había algo que hacer. Paco era un hombre bueno, muy bueno. A nosotros nos llevaba subidos en uno de los mulos cuando había que ir por agua a la Fuente de la Zorra o cuando se nos antojaba ir con él a la parte de la huerta donde tocaba aquel día.

Mi abuelo sacaba las cabras – porque tenía dos cabras – y las amarraba en el borde de vía del tren por encima de la trinchera y, luego, se iba a sus cosas. Mi abuelo fumaba ‘Ideales¡ y bebía aguardiente matarratas. Nunca le faltaba. Lo guardaba en una botella de color verde en la alacena de la casa…

Usaba una pelliza gruesa, fuerte; pesaba mucho. En los meses de  puesto aparejaba la yegua, armaba la jaula con la sayuela para que el pájaro no se asustase y se iba a las lomas de Virote. Yo fui muchas veces de cacería con mi abuelo. La tarde se me hacía muy larga. Me aburría. Mi abuelo se quitaba la pelliza y me cobijaba con ella cuando el frío arreciaba. Yo buscaba el calor del cuerpo de mi abuelo.

Al atardecer volvía a encender la chimenea. Yo nunca lo vi leer un libro pero siempre consultaba el almanaque Zaragozano. Proyectaba  las sombras de sus manos en la pared con la luz del candil y componía unas figuras muy raras: la cabeza de una oveja o las orejas de un conejo. Yo no sé qué hacía pero a nosotros nos llenaban de ilusión.


Luego, el autillo ululaba cada noche. Los niños sentíamos miedo. Cuando de madrugaba aullaban los perros entre la gente del campo – porque en mi familia todos eran del campo – se presagiaba que algo malo podía ocurrir…  Al primer entierro que yo asistí fue al entierro de mi abuelo; en la cabecera su hijo, o sea, mí tío; mi hermano...

1 comentario: