Está florida la marisma. Es la fiesta de la luz, el color,
las flores, tamboriles y flautas dulces, sabores y niñas guapas a la grupa de
las jacas. Carretas en los caminos, calor y rezos, vino y agua, pan y fiesta.
¿Espéctaculo?
Y, algo más. No soy quien para pensar que todo es exhibición
y pamplineo. Me refiero, obviamente al Rocío. “Tienes que venir a ver salir las
carretas, Pepe” Me decía, desde el otro lado del teléfono, Antonio García
Barbeito, “el año que viene, Dios mediante, te tienes que venir porque esto es otra cosa. Hay que vivirlo”
Estoy de acuerdo con el Maestro. Recuerdo de una noche con el fuego del campo, y frío de amanecer y estrellas y “toma – mientras te ofrecen
viandas- que aquí tiene sitio todo el mundo”. Y la gente es solidaria y canta y
reza y se divierte. Porque digo yo,¿si me diste - ¡ay, Dios mío- cinco
sentidos, para qué son sino para disfrutarlos?
Se han echado a andar los pueblos. Noches de preparos.
Simpecados (“sine labe concepta”) en las carretas. Bueyes de andar cansino;
aguijadas, frontiles, esquilones dorados y boyeros. Camino. Y, al final, al
final, se tire por donde se tire, siempre va a estar Ella. Pinares y marisma,
llantos y amores nuevos; nostalgia, recuerdos…
Está la marisma en flor. Puede que este año con menos agua.
Gente como estrellas bajadas del cielo a la marisma. Al pasar por otros pueblos
saldrán a recibirlos. Y luego, otra vez camino, y paradas y noches y una manta
que dé calor a los cuerpos.
Celebraban los romanos, por diciembre, las saturnales en
honor del segundo dios en importancia, después de Júpiter, Saturno. Celebra
Andalucía la fiesta en honor de la madre de Dios. A Dios se adora; a la Virgen,
se venera.
Flores, luz, colores y cantos. Todos los sentidos. Es la
fiesta del campo: espigas ya granadas en trigo; aceite y vino. Al gran altar,
el pueblo, peregrina para ofrecer su sacrificio y, por mediadora Ella “sine
labe concepta”…
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