Era a media mañana. Ignacio Camacho en su página de facebook
pide atención a algo grande que va a comunicar Rajoy. A partir de ahí… la
cascada. Televisiones, radios, eso que llamamos redes sociales, el teléfono.
“Oye, ¿te has enterado?”
Ha venido Su Majestad a decir algo obvio: “en nidos de
antaño no hay pájaros de hogaño”. No le he oído a nadie de los ‘sabelotodos’
que se han venido, hoy, a vivir con nosotros, ningún comentario sobre el
refrán. Será que como España no está de moda…; el refranero, tampoco.
Chapeau por este hombre. Su Majestad, (Su Divina Majestad,
es otra cosa) es humano. Ha tenido, en estos años, luces, sombras, claroscuros,
brillantez. De todo como en la viña. Ha dado, con su decisión y mensaje, la
mejor de las lecciones: paso a la juventud que viene. Ni el Rey se perpetúa en
el cargo. Quien quiera entender…
Decía Cánovas que se es español cuando no se puede ser otra
cosa. Más o menos. Uno no es nadie para discrepar de tan ilustre paisano pero
va ser que no. Se es español –fuera
chauvinismos tribales- por geografía, por historia, por raíces y por cultura.
A partir de ya, se es español, también, porque hay que meter
el hombro, con los jóvenes que van a venir y hay que sacar esto adelante.
Porque el futuro de mañana ya está en el surco de hoy. Porque, la inercia, la
galbana, la decrepitud no pueden arrastrar a la sociedad.
Chapeau Majestad por la decisión tomada. Yo no sé,
obviamente, nada, absolutamente nada, de todos los entresijos interiores de la
decisión. Sé, si sé, que la sociedad de lo que todavía llamamos España tiene ante sí un reto, un
enorme reto. Cada campana da el son que tiene. España, una vez más dará el son
acorde con lo abierto. Chapeu, Majestad.
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