A los de Álora - a poco más de 38 kilómetros de la capital -
barrunteros a la sombra de El Hacho nos llaman, los de los pueblos vecinos, y
otros, que no los son, perotes. A nosotros no nos molesta. Nos sentimos
orgullosos de ser perotes. ¿A que suena hasta bien? Perote… Pruebe. Silabee:
Pe-ro-te.
A los de otros sitios los llaman con nombres muy raros: calagurritanos,
bilbilitanos, vallisoletanos…A mí ¿qué quieren que les diga? me parece más bonito eso de que nos llamen ‘perotes’…
Carpetovetano puede ser cualquiera, pero ¿perote? Perote, sólo, puede ser uno
que remanezca del Lugar.
El perote – la abuela bien, gracias – como la media
verónica, incompleto pero genial; buena gente: “brutos, pero nobles”. Dele la mano
Majestad, cuentan que terció el marqués de Sotomayor, al Rey Alfonso XIII,
cuando al abrir la portezuela del tren correo, que paraba en la estación, de
sopetón uno “adelantadillo”, le ofreció la mano y le dijo: “Alfonso, chócala
ahí, por ser la primer vez que nos vemos”. El Rey se quedó como un poco cortado
y, fue entonces, cuando lo del marqués.
Sorprendentes.
Pedro, - llega, con un apósito que le abarca media cara al
mostrador del entonces Banco Central - ¿qué te ha pasado?
-“ Na, que me han sacao un ojo”…
Agudos.
Vivía del cuento; la mujer partera, y van le ponen de mote: “pan
de higo”.
Pragmáticos.
“¿La política en el pueblo? Un cebadero con cinco comederos
y siete ‘comensales’ No es exactamente así, pero…eso era antes de la guerra, no
sea mal pensado, hombre.
Como es normal nos llevamos mal con los del pueblo vecino - aunque
los de aquí van a casarse allí, y los de allí vienen…- pues ya se sabe. Podemos
pedirle a un perote, cualquier cosa, la proeza más grande. Se desvive por
hacerla. Como el vuelo de la perdiz muy intenso, pero muy breve. Un perote no
faltará nunca, la mañana del Viernes Santo, a la Despedía (que no es despedía
sino reencuentro).
Si usted, por un casual, se entera de donde viene el
gentilicio, todos se lo vamos a agradecer que nos lo diga. Lo del tal don Pero
y los Reyes Católicos, y esas cosas, como que no… Ah, no le haga caso – y que
no sirva de precedente – por esta vez al diccionario. La palabra, por aquí,
nada de despectiva, sino que a mucha honra...
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