martes, 25 de marzo de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Almogía

 
Los viajeros llegan a Almogía cuando el sol ya había cruzado el cenit del medio día. Van a tiro fijo. Llevan dirección premeditada. Se la recomendó, Ildefonso Mayorga: La Taberna del Coco. Los viajeros han cruzado tierra de Lagares. No han visto a nadie a quien preguntar pero han seguido el camino por intuición.

Fotos, naturaleza que eclosiona con la primavera, alcornoques pasado el Sancti Petri y, en el Cerrado, un almendral nuevo: alineado, arado y limpio. Tiene aún flores: suspiros de niña recién hecha mujer. Debe ser una variedad tardía. Están de dulce los almendros con las últimas flores y las hojas tiernas.

Caen a la carretera que viene de Villanuena, frente a Cherino. Buscan la venta. No la ven y pasan de largo. Casi en la medición del pueblo preguntan. Le indican. Vuelven sobre sus pasos. Junto a un abrevadero, aparcamos. Una señal avisa: prohibición. Un hombre del pueblo nos dice que sí se puede. “el disco lo han puesto para proteger el pilar para cuando vienen a beber las bestias”.

Bajo una chapa metalizada (el tiempo está bueno) tomamos aceitunas aliñadas; un plato de aceite del terreno – que dice el tabernero que está fuerte, pero no lo está…);  pan casero; mejor el queso, que el chorizo…

En la mesa de al lado unos hombres no hablan; se gritan. El ‘tambor’ - por si falta música -  lo pone un viejo que estampa, sobre la mesa metálica, el ‘liso’ que lleva en la mano… Es un golpe seco, desagradable, prologando y agudo.  Todo lo que hablan es insustancial. Pedimos  -nos dicen que sí -  pasarnos dentro.

Sobre el ventanuco de la cocina, una portada del AS dice que la Selección es el Coco. Se lo comento al tabernero (un muchacho joven y con barba de varios días) que eso es para enmarcarlo. Dice que sí…

Levantamos – es ya media tarde - el hato. Antes de llegar a Cherino un perrillo, abandonado, se la juega en la carretera. Paramos. Antes lo ha hecho otro coche. El hombre es extranjero. Barbeito – que es el otro viajero – lo recoge. Decide que debemos llevarlo con nosotros. El perrillo está lleno de garrapatas. Es una imprudencia meterlo, en esas condiciones en el coche. Lo dejamos, junto a una casa, dentro de la malla metálica…Seguimos camino.

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