martes, 4 de marzo de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Diego Mamely (I)


De: El camino desandado (inédita)


5 de marzo.- Me llama Emilio Carmona: ¿lo sabes ya? Se nos ha ido Diego Mamely. Se lo ha llevado el sol a ese sitio a donde sólo van los buenos de verdad. No por esperado, me ha dejado sin resuello. Me he llegado hasta su casa. He subido. No he podido entrar en la habitación. Diego, me frenabas tú; pero no tu muerte, me frenaba tu hombría de bien que se acaba; tu palabra aguda, inteligente, veraz y certera; nuestra amistad desde la niñez. Me he vuelto desde la puerta. He abrazado a los tuyos y, abajo he llorado con  tu cuñado Manolo, con tus amigos que hemos ido llegando. Ya conoces cómo corre esto y la escasez de palabras que, en ocasiones, faltan a la fuente. He vuelto por la noche. Ha llegado Pepe, el del Potro, ¡cómo te quería Diego!, Y Parrita, Sebastián, “el Coco”, y Juani González, y todos, Diego, porque no faltaba nadie. De madrugada se levantó frío. Mucho frío. No sabíamos si el frío venía de fuera o salía de dentro. Y, al frío, se unía el silencio. ¿Sabes? como don Antonio Machado, ando - y esta noche más- “siempre buscando a Dios entre la niebla”.

1 comentario: