14
de marzo, jueves. Oscureció hace un
rato. Subo a la terraza del hotel Ribera de Triana. Sevilla aún no dormita bajo
luces amarillas que encauzan los caminos del sueño. Hace frío. Abajo, el río es
una oscuridad quieta. Chapina desde que hicieron la desviación tiene más de mar
que de río…
Mañana, temprano, hemos convenido que iremos a ver al Cachorro. “Mañana”, cuando uno está ávido de aprovechar el tiempo, está ahí, al revolver de la madrugada.
¡Ay
río de Sevilla! ¿Cuántos sueños bajaron por sus aguas hacia aquellas tierras
lejanas donde, a estas horas, hace un rato que llegó el sol? A esas tierras la
llamaron América.
Pienso
que por este río también han subido sueños. Sueños imposibles. Dijo Lorca que
por los ríos de Granada solo reman los suspiros, pero que para los barcos de
vela Sevilla tiene un camino…
-
¿Para ir al Cachorro? Preguntamos…
-
Al volver la esquina, todo seguido, calle Castilla adelante. Le lleva a la
puerta de la Basílica.
Encierra
en su interior la joya más grande de la imaginería barroca. Alguien dijo, que
Ruiz Gijón cuando talló el Cristo de la Expiración, no sabía que estaba
superando a sus maestros Andrés Cansino y Pedro Roldán y que de su gubia salía
la obra más excelsa de un hombre – o sea Dios – agonizando.
La
imagen del Cachorro, leyenda del gitano de la cava muerto por siete puñaladas,
es el barroco pleno. Expresa el movimiento de lo que pasa en ese momento. Es el
tránsito de la vida a la muerte.
Ya
no hay vida, pero todavía no ha llegado la muerte porque es agonía. Sus ojos
vidriosos no ven la tierra, pero entran en el paraíso. El estudio anatómico de
la imagen da como conclusión que en la madera se consigue la perfección: es la
obra de arte que lleva a la oración: "muéveme Tú, muéveme de tal
manera…”
Decía la sevillana de los Hermanos Reyes: “Del Cachorro están hablando, Triana, / y dicen que no han visto, / un semblante agonizando, Triana, / igual al de este Cristo…”
Llegamos
a las Basílicas. Están unidas. La primera con la Virgen de Patrocinio, talla de
gloria - ¿la iglesia en el antiguo camino de Extremadura y Huelva da nombre al
barrio o el barrio da su nombre a la Basílica? Todo es silencio. Él, soberbio
en su soledad de la Cruz; la imagen nueva de la Virgen, Patrocinio… Me acuerdo
de Silvio. Único, acuñó con aquel rock inolvidable, esa nueva manera de
entender la saeta o la oración: “Patrocinio del mío existir…”
Salgo
a la calle. Voy a tu encuentro… . Por dentro hay un no sé qué…
No hay comentarios:
Publicar un comentario