20 de marzo, miércoles. Dice el calendario que se ha venido hoy la primavera. Me pregunto: ¿de dónde viene la primavera? Dice, también, de no sé a qué hora extraña se ha presentado, porque sí. Ya está aquí. Vendrá solo por un tiempo; vamos, por unos meses. En esta tierra nuestra - ¡bendita tierra nuestra! – a mitad de mayo ya casi será verano.
Había esta mañana un revuelo de
pajarillos en el ciprés del borde de la alberca. Era un revuelo de jolgorio, de
esos que forman los pájaros cuando defienden sus ramas, su espacio en las copas
de los árboles, en los bordes del camino. Ya ven, cada uno, en sus cosas.
La primavera este año por mor
de que la lluvia se las ha andado por otros lares no ha vestido todavía las
cunetas de margaritas silvestres, ni de florecillas malvas, ni de esas otras
sin nombre, diminutas y blancas que se arraciman y lo ponen todo tan bonito,
tan bonito que solo la mano de Dios es las que las pone en su sitio.
Desde hace unos días el
carbonerillo de todos los años – nosotros lo llamamos el pajarito del agua
porque los niños le preguntabámos: pajarito del agua ¿va a llover? y nos
contestaba, “si señor, si señor” -, pues ese está en las ramas del nogal del
borde de la cañada, la que viene desde lo alto de la sierra, y canta y canta y
canta… Y no nos atrevemos a preguntarle por las cosas del agua. No, no
obliguemos a mentir a los pajarillos como se están acostumbrando los hombres.
El día entoldado. Nubes de levante. Abrirán de mediodía arriba y luego saldrá el sol y… A media tarde hará lo que le parezca. No sé quien dijo que la primavera solo es placentera en la mente de los poetas. Estaba en lo cierto. Entramos en un tiempo revuelvo. Cualquier día arrecia el aire y revuelca los trigos y troncha los habares; otro, se presenta un chaparrón pasajero. Por aquí casi todos esos chaparrones de primavera se escurren por las laderas de El Torcal y se van como para la parte de Granada.
Ahora, dentro de unos días,
estarán ahítos de geranios los balcones; habrá jazmines, amapolas en los trigos
y celindos en el parque; las niñas – las niñas de quince años están bonitas en
todos tiempos, pero más en primavera – lucirán talles y ojos que hablan desde
lejos bajo melenas de azabache. Dice el calendario que ha llegado la primavera…
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