domingo, 17 de septiembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Y, mientras el mundo gira...

 

 


17 de septiembre, domingo. Contaba Azorín que le presentaron una mañana a Martín, un manchego del campo que como quien no quiere la cosa va y le dijo:

- Ya, ya, este señor es de los que ponen las cosas en leyenda…

Anoche llegué a la casa tarde. La madrugaba caminaba a sus anchas por los tejados. Habían dado su primera ronda los gatos y todo parecía en calma; dormitaban los búhos después del primer bocadillo. Dos cosas me ‘altereaban’. Mi Málaga había jugado muy bien. Nos ofreció un buen partido. Salimos contentos de La Rosaleda.

La otra, una noticia que llegó, a modo de timbrazo, por el móvil. Informaba de la muerte de “Pepito, el de Encarnación”. ¡Dios mío! ¿Pepito?  Qué mazazo…

Bicheé. Tiro de archivo. El 8 de marzo de 2011 escribí de él: “José Vázquez Fernández, -Pepito, el de Encarnación- encara la cuesta de los setenta con la sonrisa a pedir de cara, buenos golpes y, la gracia que lleva puesta desde que su madre lo parió. Paso corto, bracea poco y mira de frente (no, no se confundan, no tiene nada que ver con lo que están pensando). Se para, echa el rato y como Manolo Sarria, el Chiquito, o aquel inefable Matías, no es que tenga gracia. No. Es que es la gracia.

A lo que iba. Me lo encuentro en la cola de petición de cita en el Centro de Salud.

-         “¿Qué número tienes?”

-         El 155

      - “Te vaya a pasar como aquel que se murió con el volante en la mano no porque fuese conductor, no; esperando la cita”…Y sigue, y sigue, y no se agota…En el electrónico aparece, en puntitos rojos, el 155”.

Me fui a la cama con un nudo en la garganta. A primeras horas de la mañana me entero que se ha ido una leyenda de la radio. Ha muerto Pepe Domingo Castaño. ¿Es posible? Es posible. Uno se queda cortado. No tiene palabras. Uno se acuerda de Azorín y de la tierra de don Quijote y lo de “poner las cosas en leyenda” y

Y Libia con dos gobiernos y ‘el amable vecino de enfrente’ donde cuentan los muertos por miles y España, eso que ahora dicen que es plural y diversa, por donde corre el viento y el sol y los ríos y los pájaros sin que nadie le ponga cortapisas; España, a la que le dan palos desde muchas ventanas, andan, andamos con un nudo en la garganta, mientras, el mundo gira.


 

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