viernes, 1 de septiembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Donde dicen que nace el Tiétar

 

 

                  


                                  Venta del Cojo. Nacimiento del río Tiétar


1 de septiembre, viernes. La mañana está fresca. Las nubes se columbran sobre Gredos. Las gargantas entregan el tributo de lo que una vez fue nieve; ahora, agua saltarina de piedra en piedra entre alisos, fresnos, robles y vegetación de orilla…

La carretera, magnífica. Dejo atrás – ya no hay que pasar por el centro de algunos pueblos – Candeleda (“Si vas a Candeleda /vuélvete al Hoyo / que los candeledanos / son el demonio”) y Arenas de San Pedro. Carretera adelante Piedralaves, La Adrada, Sotillo de la Adrada y… Santa María del Tiétar



El Tiétar es el río del sur de Ávila. Busco su nacimiento. Corono. Dejo a la izquierda la carretera que va a Casillas y al pantano y se adentra, entre pinares, sierra arriba; hacia adelante, Navahondilla y Navahonda y San Martín de Valdeiglesias y Cadalso… Por aquí, no. Vuelvo sombre mis pasos. Otra vez en el puerto, ahora hacia Rozas de Puerto Real. El pueblo tiene más nombre que entidad. Lo cruzo, a la salida, el Camposanto; por aquí, tampoco. Pregunto. Nadie me da norte. En el otro extremo, me adentro por un camino vecinal. Pastan las vacas…

Entro en un bar.

-         Nosotras no somos de aquí…

Salgo. Vuelvo a preguntar. Nada, no hay manera, ni indicadores ni nadie sabe dónde nace el río. La oficina de Información solo abre los domingos.  Una mujer que viene del médico me dice que su marido escribió un libro y lo contaba, pero su marido murió. El libro ya no se vende. Ella quizá tenga alguno en Madrid.

Asoma por la puertezuela de enfrente otra señora mayor…

-         ¿Qué busca?

-         Donde nace el río el Tiétar, señora…

-         Ah, ahí no hay nada. No lo va encontrar…

-         Me han dicho que nace aquí en la Venta del Cojo, en Rozas de Puerto Real…

-         Pero ahí no hay nada. Ya le digo… Esos praos son míos, pero ahí no hay nada.

-         ¿Y la Venta?

-         Tampoco. De eso ya no queda nada…

Vuelvo a la carretera. Detrás de la alambrada un caserón derruido. Antaño eso debió ser la Venta del Cojo, junto a la Cañada Real Leonesa Oriental… ¿Allí pagarían ‘el peaje’ los ganaderos trashumantes que buscaban otros pastos? ¿Cómo serían las noches a la luz del candil entre aquellas paredes? Pienso en otros ‘peajes’ y en los mendrugos de pan duro “A pan de quince días, fambre de tres semanas”, escribió el Arcipreste, y en el vino rancio con tasajo de cabras…

Desde el borde de la carretera, entre malezas y zarzas, junto al caserón, intuyo donde nace el río…¡Cuánto esconden los caminos, Dios mío!




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