lunes, 4 de septiembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El día que sigue...

 

 

                           

               Benache de Alarcón (Cuenca), el día después del paso de la DANA

 

4 de septiembre lunes. Las televisiones nos atiborran con imágenes sobrecogedoras. La DANA, ese monstruo de juego de palabras, ha asolado parte de España. Entró del mar. Pasó, asoló y dejó su tarjeta en pueblos comarcas, lugares del mapa de los que casi no sabíamos que existían…

En otros nos falta agua. Empieza a asomarnos un deje de tristeza, de impotencia, de rabia. Empiezan a sobramos resignación. La situación en algunos sitios aprieta demasiado. Hay un sentimiento de frustración y desesperanza. Una pregunta va por el aire ¿Hasta cuándo?

Vamos a tener que resetear costumbres. Lugares de mucha agua, demasiado; otros, casi sin ninguna. Hemos visto cómo pasaban las nubes. “Las tormentas, decía alguien, se desliza por las sierras y siempre pasan de largo”. No sé. El refranero hace muchos años que acuñó aquello de septiembre que tenía por norma o secar las fuentes o llevarse las puentes.

En nuestra tierra no tiene que apretarse mucho para cumplir esos dichos. Hace años – 28 de septiembre de 2012 – se llevó el puente de hierro de la estación sobre el Guadalhorce. Una reliquia, a modo de trozo, está en un cruce de carreteras, un poco más allá, solo un poco de donde estuvo mucho tiempo para recodarnos cómo era a los caminantes…

En cuanto a las fuentes tampoco tiene que apretarse mucho. Muchas han perdido el cante del caño que caía sobre el pilar a donde venían a abrevar pajarillos, tabarros, abejas o caminante sedientos. Todos pretendían mitigar la sed. Dijo don Antonio Machado que sabemos para lo que sirve el agua pero no sabemos para qué sirve al sed… ¡En fin!

Hoy ha sido el día que ha seguido al paso de la DANA. Veo imágenes de Alcanar en Tarragona o de ese pueblo de Cuenca, Benache de Alarcón. Poco más de cuatrocientos habitantes. Hasta hoy, el que sigue al desastre de las riadas, su mayor gloria había sido el dar cama al emperador Carlos V la noche del 26 de abril de 1528 para pernoctar. Iba camino de Valencia…

Informan en otros lugares de muertos y desaparecidos. Eso es peor. Mucho peor. También he visto declaraciones que criticaban la alarma generada por ese aviso dado por internet notificando lo que podía venir. Ya se sabe: nunca llueve a gusto de todos. En todos los sentidos, en todos los campos, en todos sitios.

 

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