lunes, 18 de septiembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Frío en invierno; cordero, en todos tiempos

 

 

 


 

18 de septiembre, lunes. Llegué a Huéscar al atardecer. Hasta allí llega el Arzobispado de Toledo y por allí casi se va Andalucía para la tierra Murcia. Busqué donde pasar la noche. Era invierno; hacía frío. Mucho frío. Calles solitarias; silencio.  Hacía rasca; demasiada. Lo más prudente, optar por buscar el cubil.

 

-         Esta noche se congelan las tuberías…

-         Seguro.

 

Si al día siguiente, como yo, te levantas temprano tienes la primera sorpresa con la luz.  Estás al este, amanece antes. La luz es intensa, radiante, rabiosa, refulgente, resplandeciente.

 

Si, luego, callejeas por el pueblo; en las umbrías hay hielo; en el aire, helor, o sea, el hielo que respiras, te puede aturdir la respuesta que corresponde al saludo.

 

-         Buenos días

-         “Él lo haya”.

 

A poco que hables con la gente, te contarán que la casa blasonada de la plaza de Maza era de un “duque que la vendió  - yo lo vi,  me dijo mi interlocutor, que vino dos veces a ver el escudo” y, que antes esto no era lo que es, porque ¿sabe usted? la agricultura está en crisis y que la lana ya no vale lo que pagaban, vamos, que no vale nada; que de los lavaderos de los genoveses, que dieron fama, dinero y gloria, sólo el recuerdo; ¿el cordero?, sí; el cordero es el mejor del mundo y toda la carne se vende fuera, ¿sabe usted?, y ha habido mucha emigración, ¿sabe  usted?, sobre todo de jóvenes; los jóvenes se van y  vamos quedando los viejos, ¿sabe usted?

 

Y, porque va de sorpresas, llégate hasta el parque: jardín y bosque. Más de doscientos mil metros cuadrados de superficie para el ocio y disfrute. No es normal que los pueblos gocen de espacios verdes tan amplios, como tampoco es normal luego, cuando subamos por la carretera de San Clemente a La Losa encontremos el único reducto de sequoias de España. Las trajo un duque, el de Wellington, a quien Fernando VII regaló estas tierras en agradecimiento a la ayuda prestada cuando los franceses.

 

Toma un chocolate con churros - en época de buen tiempo lo hacen en la calle - (tampoco es malo el pan y el aceite, que por ser de aceituna picual es muy verde) en ‘La Perla’ donde la plaza de Santa Adela, junto al mercado de abastos…No tengo más espacio. Otro día, si Dios quiere, te cuento lo de las ‘maritoñis’

 

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