lunes, 28 de marzo de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Misericordia divina

 

 


           Álora. El Hacho. 

                           

28 de marzo, lunes. Día gris. No llueve, lo parece, pero no. Una sensación de humedad constante en el aire, da una nota apagada y triste. El sol se ha escondido o debe andar de vacaciones por otras tierras. Tiene secuestrada a la primavera…

Detrás de los cristales se ve El Hacho sumido en la bruma; el cielo, entoldado; no andan las nubes, están quietas; no cantan los pájaros. Los algarrobos de la jerriza son fantasmas que surgen entre ese roquedo de piedras desprendidas con las que hemos convivido siempre y que se quedaron a media ladera en su camino de bajada.

Dicen que viene otra borrasca. Bueno, un rosario de borrascas. No les dan la intensidad de las anteriores, las que entraron la semana pasada. En su evolución, en ese remolino que originan los vientos en su giro, no descartan que nos vuelvan a traer, otra vez, polvo en suspensión del desierto. Eso sería repetir la faena.

Un chiste que ha circulado estos días, por las redes decía que le hemos cedido el Sahara a Marruecos, y su rey, como correspondencia nos ha regalado el polvo del desierto. Se ve que la cortesía, a pesar de tanta crispación, no se ha perdido… O como dijo el Guerra “hay gente pa tó”.

Dice un amigo que el barro caído – llovido – hace unos días ha puesto las fachadas como los trajes de los niños de primera comunión cuando los chavales se derraman la taza de chocolate. A lo peor no es tanto, pero el casi lo lleva puesto. Algunos pueblos blancos han dejado de ser blancos en sus fachadas según la orientación, y han emulado a los pueblos de adobe de Castilla. Una manera de dar trabajo a los pintores en estos meses que se nos acercan…

Por un casual ¿no se han dado cuenta de las ganas que tiene la gente de echarse a la calle? Ahora se las andan con las previsiones de cómo estará el tiempo en Semana Santa. Quienes temen a la lluvia y quienes la están deseando, porque en todos sitios no ha llovido igual.

Hace unos días en una tertulia – discrepancias aparte, que las había – Teodoro León Gross contó la respuesta que dio el maestro Alcántara cuando le preguntaron sus preferencias sobre vino o cerveza, ginebra o güisqui, ron o… “No pongamos, contó que respondió, cortapisas a la misericordia divina”. Pues eso.

 

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