26 de marzo, sábado. Dicen que es comida de
Cuaresma, tiene su máximo esplendor en primavera y es la base alimenticia de
muchas comunidades. Sí y algo más, mucho más. En Granada – por San Antón, que
es pleno invierno, se comen con bacalao- y en mi pueblo, en Álora, cuando
tienen flores, o sea por febrero, que no es todavía primavera, aunque “por
febrero, busca la sombra el perro”, algunas cabezas se ponen…
Es una leguminosa de grandes
propiedades nutritivas por su alto contenido de proteínas, vitaminas, minerales
y antioxidantes. En el campo, por su enorme componente de fosforo, se utilizaba
como abono natural en la alternancia de barbechos y aportaba el enriquecimiento
de la tierra para la siembra posterior de cereales.
Tiene una raíz que crece en profundidad.
Los nódulos, al igual que otras fabáceas, familia a la que pertenece, fija el
nitrógeno en el suelo. Consume el ochenta por ciento para nutrición propia y el
veinte por ciento restante lo utiliza para mejorar la fertilidad de la tierra.
El haba – en algunos lugares se
emplea en femenino – no es una verdura y sí una legumbre muy rica en fibras e
hidratos de carbón, además de agua. Aportan potasio y vitamina A y al refranero
le dan una salida cuando se quiere hacer patente la estulticia de alguien y se
le llama “tonto del haba”, o “como las habas cuanto más grande, más vaina”. Se
ve que el refranero no la exime de cierta dureza… ¡en fin, cosas de la vida!
Posee también ácido fólico. La
cantidad de fibra de la vaina que es comestible, si se consume en fresco
conjuntamente con la ‘pipa’, aporta al organismo minerales. Su ingestión es
recomendable en medicina para los enfermos de diabetes.
Se cultiva en regadío o en
secano. Su tallo, muy tierno, fácilmente sensible a los vientos helados del
norte, acusándolos en cuanto aparecen y a los vendavales de aires fuertes de
levante. Pueden causar destrozos en los sembrados (“el aire ha revolcao el jabá”). La vaina aparece en el tronco y es
fruto de una sola vez.
Desde tiempo inmemorial ha sido
alimento animal y del hombre. Oriunda de América, forma parte de la dieta
humana desde el sur de Chile hasta México. En Europa, se concina de diferentes
formas y maneras. Ollas mediterráneas, tortillas, revueltos… ¡o crudas! ¡Que a ustedes les aproveche!
Benditas y sabrosas habas, querido Pepe. Gracias por tan hermoso canto. Por aquí (Aljarafe) se comen también "cochas", o sea, cocidas ("habas cochas"), con yerbabuena, y en el Condado de Huelva (sobre todo en el Condado), se llaman "habas enzapatás", también cocidas, y en vez de yerbabuena, poleo. Ah, y en Almería, cuando están muy tiernas, se comen crudas acompañando las migas. Y están muy buenas. Doy fe.
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