jueves, 24 de marzo de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Carmen

 


                                   

                                     Foto. Marisa Segura Zamudio

 

Si se piden a bote pronto, tres pilares de la literatura española de los años cuarenta, saltan los nombres de Cela con la Familia de Pascual Duarte, Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada y Carmen Laforet con Nada. Carmen y Miguel, premios Nadal en 1944 y 1947.

El Instituto Cervantes de Madrid, acaba de inaugurar una magna exposición, “Todo y Nada” sobre Carmen Laforet donde se recoge la trayectoria de una mujer con nombre propio y ¡tan propio!, desde sus inicios hasta sus últimas obras.

Carmen fue la primera mujer que ganó el Premio Nadal y lo que es más importante, marcó un hito tan señero de la nueva novela española que surgía y que luego tuvo continuadoras (me refiero dentro del mundo femenino, entre otras, como Carmen Martín Gartín Gaite, Ana María Matute, Gloria Fuertes o Carmen Conde… que son referentes  y sin las que la novela estaría incompleta.

Nada es la huida de la literatura vacua y sin contenido. Presenta la realidad dura de cada día en una familia desestructurada donde cada uno desempeña un papel ante los demás y el suyo propio, a veces ocultado a la vista de los otros. Tiene mucho de autobiografía. Algunos críticos ven parte de su propia realidad en Barcelona, a donde llegó la autora desde Canarias, donde vivió de niña y comenzó su despertar literario.

Su escritura es “directa y fresca, en oraciones cortas y claras. Es una voz moderna; a diferencia de la mayoría de los novelistas españoles de la época, no es prolija y no ata los cabos sueltos en un mensaje moral” según dijo de ella, de Nada, Miachael Eaude, en el obituario con ocasión de la muerte de Carmen publicado por el periódico The Guardian, en 2004

Carmen Laforet escribió Nada con 22 años. Presentó al crítico literario Manuel Cerezales – con quien posteriormente se casó, tuvo cinco hijos, y se divorció en 1970 – la novela para que la publicase en su editorial, Novela y Cuentos. Le recomendó que se presentara al Primer Premio Nadal, que consiguió. La salida a luz de la novela, asombró a todos por su realismo y su fuerza en la denuncia de una sociedad decadente.

La exposición, en el Instituto Cervantes de Madrid,  invita a redescubrir a la escritora a través de sus libros, manuscritos, documentos, artículos, fotografías, y objetos personales. Merece la pena, y mucho.

 

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