Foto. Marisa Segura Zamudio
Si se piden a bote pronto, tres
pilares de la literatura española de los años cuarenta, saltan los nombres de
Cela con la Familia de Pascual Duarte,
Miguel Delibes con La sombra del ciprés
es alargada y Carmen Laforet con Nada.
Carmen y Miguel, premios Nadal en 1944 y 1947.
El Instituto Cervantes de
Madrid, acaba de inaugurar una magna exposición, “Todo y Nada” sobre Carmen
Laforet donde se recoge la trayectoria de una mujer con nombre propio y ¡tan propio!,
desde sus inicios hasta sus últimas obras.
Carmen fue la primera mujer que
ganó el Premio Nadal y lo que es más importante, marcó un hito tan señero de la
nueva novela española que surgía y que luego tuvo continuadoras (me refiero
dentro del mundo femenino, entre otras, como Carmen Martín Gartín Gaite, Ana
María Matute, Gloria Fuertes o Carmen Conde… que son referentes y sin las que la novela estaría incompleta.
Nada es la
huida de la literatura vacua y sin contenido. Presenta la realidad dura de cada
día en una familia desestructurada donde cada uno desempeña un papel ante los
demás y el suyo propio, a veces ocultado a la vista de los otros. Tiene mucho
de autobiografía. Algunos críticos ven parte de su propia realidad en Barcelona,
a donde llegó la autora desde Canarias, donde vivió de niña y comenzó su
despertar literario.
Su escritura es “directa y
fresca, en oraciones cortas y claras. Es una voz moderna; a diferencia de la
mayoría de los novelistas españoles de la época, no es prolija y no ata los
cabos sueltos en un mensaje moral” según dijo de ella, de Nada, Miachael Eaude, en el obituario con ocasión de la muerte de
Carmen publicado por el periódico The
Guardian, en 2004
Carmen Laforet escribió Nada con 22 años. Presentó al crítico
literario Manuel Cerezales – con quien posteriormente se casó, tuvo cinco
hijos, y se divorció en 1970 – la novela para que la publicase en su editorial,
Novela y Cuentos. Le recomendó que se presentara al Primer Premio Nadal, que
consiguió. La salida a luz de la novela, asombró a todos por su realismo y su
fuerza en la denuncia de una sociedad decadente.
La exposición, en el Instituto
Cervantes de Madrid, invita a
redescubrir a la escritora a través de sus libros, manuscritos, documentos,
artículos, fotografías, y objetos personales. Merece la pena, y mucho.
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