martes, 22 de febrero de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Señas

 

 

  

        Foto. Miguel Ángel Vázquez


El día ha amanecido radiante, luminoso; el cielo azul, ni una nube; el viento en calma, tan parado, que ni siquiera los pimpollos más tiernos de los árboles se movían. Zumbaba el aleteo de las abejas. Libaban en las primeras flores de esta casi primavera que desde hace unos meses convive con nosotros.

Los hombres del campo tienen sus conocimientos fundamentados, la mayoría de las veces, en la experiencia y en la observación. Dice el refrán que “más sabe el diablo por viejo que por diablo” No me cabe la menor duda que algo de verdad hay en la afirmación.

Escudriña el cerco de la luna, el comportamiento de los pájaros, de los animales, el rumbo de los vientos, el camino que toman las nubes…. Acopia su sabiduría y luego, de una u otra manera, amasa las consecuencias y saca el pan, alimento de su propia vida.

En noviembre de 1989, en la mediación del otoño, la estación propicia para la entrada de borrascas atlánticas y, por consiguiente, época de lluvias, llevábamos una sequía preocupante. No nacían las sementeras, los pozos se vaciaban, no habían corrido los arroyos, los veneros daban de corto.

Aquella mañana del día 12, era domingo. Acudimos a El Chorro. La Asociación de Vecinos celebraba la fiesta de la Medalla de la Virgen Milagrosa. Congregación multitudinaria de personal – la mayoría vivía fuera – que acudía al reencuentro…

Luis Arana en conversación entre amigos – Paco Parras y Juan Rivero -, nos dice: mirad el cielo – una bandada de buitres sobrevolaba los picos calizos de los Albercones y el Desfiladero de los Gaitanes – el que cruza el Caminito del Rey – “cuando los buitres dejan la campiña y se refugian en El Chorro, es señal de agua y de que va a cambiar el tiempo…”

Mi amigo Miguel Ángel me ha enviado la foto que ilustra el artículo de hoy. Una bandada de buitres sobre los pinares de las Mesas de Villaverde… Él, dice que puede ser que esperan la llegada de los forestales que les traen la comida. Me pregunto dónde estaban y ayer y anteayer y el día anterior a anteayer…

Alguien acuñó: “la esperanza es lo último que se pierde”. Agrego que como, además, es gratis… Pues eso y ¿si por una vez se cumplen y se hacen ciertas las señas y viene un cambio de tiempo que tanto necesitamos? Es cuestión de paciencia…

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