Álora, desde El Hacho un día de invierno.
13 de
enero, miércoles. Hace unos días subí al Hacho. Me fui en coche
por el Sabinal y los Cortigüelos…. Antes pasé por Flores. Uno tiene la
costumbre de pararse en según qué sitios y éste es uno.
Ya han cogido los olivares.
Solo quedan las aceitunas moradas de los pimpollos. Este año la cosa no ha ido
bien. La sequedad del otoño, ha mermado la cosecha. Empiezan a despuntar los sembrados y hay una
alfombra incipiente verde de esperanza en la tierra calma.
Comienzo la ascensión entre un
manchón de palmas, al lado izquierdo del camino. El campo en este tiempo tiene
muy mermado los olores, pero si te lo propones, puedes distinguir el del tomillo,
las aulagas, el romero, la retama, el cantueso…
Me encontré el primer almendro
en flor. Fue de pronto, sin esperarlo. Está
conforme de sube al Monte Redondo, una vez que se deja a la derecha la Fuente de
Pedro Sánchez, por cierto, esta fuente aparece en el Libro del Repartimiento, una vez
que empezaron a arreglar las cosas después de los desaguisados de los
repartimientos iniciales. De niño, ir de excursión hasta allí suponía un hito
muy especial, por la lejanía y por lo que tenía de leyenda. Eran otros tiempos.
Ya en la cumbre (es el mejor
sitio para ver el pueblo) En la lejanía bajo un cielo azul, muy azul, se
recorta la silueta de Sierra Nevada. La distancia – y la limpieza de la
atmósfera – daban una sensación única y, al mismo tiempo diferente, porque uno
no está acostumbrado a la nieve y aunque
esté, como en este caso muy lejos del alcance de la mano, siempre provoca la
sensación de estar ante algo muy especial.
A la derecha la Bahía de Málaga,
y abajo el pueblo – que ahora comprenderás porqué lo hicieron aquí – y la
alfombra de la vega, y los meandros del río, y las dentelladas que dan las
canteras a las sierra de Mijas y de Coín y… Los Lagares, al otro lado del río, olitas
de tierra en un mar de montañas.
Si padeces de vértigo, no te
acerques al precipicio. El vacíe es enormes. Se impone la prudencia. Hay una
sinfonía de violines. Es el aire entre los pinos.
Absorto en la belleza, hice
mías las palabras de Ibn Hazm: “Si ahora
nos deja sedientos; antes nos dio mucho de beber”…Párate y escucha el campo
y los silencios… y el viento.
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