Y entonces, dice el Libro que
Dios dijo: “Hágase la luz y la luz se hizo” y cuenta que a las tinieblas llamó
noche y a la luz día, y hubo tarde y mañana y era el día primero de otros días
que vendrían después con pájaros y flores y aguas en los océanos y peces y
animales de todas las especies y… un hombre y una mujer.
Así llamaba esta mañana el alba.
No era el día primero pero sí un día de sol y calor de verano y un cielo
limpio, poco más de las seis en el hemisferio norte. Todo, casi todo, para ser
más preciso, estaba despertando de la oscuridad y por el horizonte aparecía con
intensidad la luz que separaba las tinieblas como quien aparta las sombras de
un mal sueño.
En el cielo, otros dirán que
firmamento, estaba en su sitio el lucero del alba. Los que saben de estas cosas
dicen que es el planeta Venus, el más luminoso después del sol. Aparece dos
veces cada día, al amanecer, por el este, como si viniese abriendo paso a la
Luz, o sea a la Luz verdadera que todo lo llena e ilumina, y al atardecer por
el oeste, despidiendo a luz que sigue su camino para alumbrar otras tierras.
La gente del campo, en otro
tiempo, decían que era la hora en que los gañanes se levantaban para echar las
pasturas a las yuntas. En las cuadras de vahos calientes esperaban los animales
para uncidos ir a la besanas – por cierto, “ me se perdió la besana / arando
en un peñascal…”, ¿sabes? y la copla habla de tu ventana para ir a
encontrarla – y arrancar la faena. Había un piafar de bestias y un manoteo
continuo contra las granzas del suelo.
Era también la hora en que los
cabreros comenzaban el ordeño. Gotas de
la Vía Láctea, suspiros como un repiqueteo de gloria en latón en los
cubos de cinc. Las cabras sentían el alivio de las ubres vaciadas en espera del
acopio del día.
En la mitología de muchos pueblos
al lucero del alba se ha conocido con diferentes nombres. En la religión
cristiana se ha asociado con María, bajo la advocación de Virgen del Carmen.
Stella Maris, “Salve, estrella de los mares (…) madre del Divino Amor”. Así,
así llamaba a la puerta esta mañana el Alba…
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