sábado, 13 de junio de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Poema de recuerdos


                                  


Se han venido, de pronto, los recuerdos, como las olas que esta mañana que vestían de pañuelos blancos La Malagueta y venían a dar en el rebalaje que estaba donde siempre, donde tú y yo aquella tardes de fin de curso, entre examen y examen íbamos a oxigenar la mente y los cuerpos…

He bajado por el parque. Les han salido a las palomas unos competidores raros. Era gente enmascarada. ¿Adónde iban? ¿De dónde venían? He pensado en ti, en aquellas mañanas frescas cuando los jardineros esparcían el agua  regando los arriates, y había penumbra bajo las palmeras. Ya no están los cisnes de la fuente que esperaban un trozo de bocadillo cuando los niños no querían más merienda.

He andado por las calles de siempre. ¿Te acuerdas? Se hacían cortas cuando volvíamos con los libros bajo el brazo - ¿una música de los Pekenikes por el aire? - y ninguno quería ser el primero en despedirse y tocaban las campanas de Los Mártires y de San Pablo, y pasaban raudos los coches con los semáforos abiertos.

¡Ay, qué difícil era dar el giro, aquel giro de despedida, de ‘hasta mañana! “Que es un soplo la vida...” cantaba el tango, y ahora veo que cincuenta años no es nada, que ya nada es lo mismo. Ni los mismos olores, ni aquellas flores del arriate, ni el cielo oscuro por encima de las luces de la ciudad que se iluminaba poco a poco…

He buscado los ojos que se hablaban en la distancia, y la juventud  en la boca,  y  un volver a volver la cabeza, y aquel andar tuyo, firme, seguro, ligero, el pelo suelto, y la gracia de tu falda,  y tu cuerpo una figura perdida entre otras gentes…

Ya no está en Sánchez Pastor La buena sombra de las tardes de los domingos,  ni el bar de Antonio en El Perchel, del que salía un vaho caliente y viciado y olía a vino rancio, a serrín húmedo y a tabaco y a aceite recalentado y a hombres solos que pasaban las horas en espera de la nada…

Ya no estás tú. Hace mucho tiempo que tú no estás, aunque yo esta mañana creía que podría encontrarte cuando subí hasta la Normal – que tampoco está – creyendo reencontrarme con el espejismo de los recuerdos, o sea, conmigo mismo.











No hay comentarios:

Publicar un comentario