jueves, 18 de junio de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Errado sin herrar



                                      

Me decía mi amigo Joan Mas, historiador y experto conocedor de las navetas y talayots de su tierra, o sea Mallorca, hace un montón de años que Colón, al que se le buscaba patria podría haber sido mallorquín. Según él, efectivamente era genovés, pero no de la Génova italiana sino de un pueblecito de igual nombre entre Palma a la que pertenece, y Calviá, al otro lado de la alambrada del CIR 14  y que nosotros nos saltábamos cuando cobrábamos  a final de mes la soldada de 50 ptas. de entonces con nocturnidad y alevosía para ir a cenar ‘pa amb oli’.

Me decía, también que Colon (apellido muy mallorquín que escriben con ‘m’ final) era un gran estudioso de la Escuela Cartográfica mallorquina – la mejor en aquella época - de los siglos XIII y XIV  y aunque no había pruebas que lo atestiguasen, debía conocer como el pasillo de su casa todo el Mediterráneo y parte del Océano Atlántico hasta el Golfo de Guinea…

Iba a más, Colón ya había estado en América anteriormente según pensaba, probablemente desviado por alguna tempestad o por los propios vientos oceánicos pero que no quería revelarlo para tener más fuerza en su negociaciones con los Reyes y de ahí que le dice “algo”, en confesión, a Fray Juan de Marchena, autorizándole a que se lo diga a la Reina, y que al conocerlo le hace cambiar radicalmente en su apoyo hasta el punto que Castilla es la financiadora de la empresa…

Colón buscaba las especias y el oro de Cipango y Catay y no es el primer viaje sino posteriormente, cuando realmente se percata que ha descubierto un continente, que estaba ahí, casi por casualidad, en medio de la mar océana y que por puro azar se tropieza con él a pesar de llevar barcos que hoy ( hay que volver al espacio y al tiempo) serían cáscaras de nueces.

Cuando escribo estas líneas leo que aparecen iconoclastas por todas partes. El colmo del paroxismo, en Valencia, contra una estatua de la diosa romana Ceres. Una locura, Ceres era la diosa de la agricultura en la mitología romana… ¿Caben más disparates?

Los errados de ahora que quieren reescribir y sacar la historia fuera del espacio y del tiempo piden a voces herraduras y bozales pero hay un gran problema: falta material para abastecer a una demanda tan numerosa.





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