Ramón
Llull, - Raimundo Lulio, castellanizado – nació en Palma de Mallorca a finales
de 1232 o principios de 1233. Hijo de
padres de Barcelona, está considerado como una de las figuras más avanzadas de
su tiempo, o lo que es lo mismo, de la Edad Media. Cercano a los franciscanos,
donde profesó en la Tercera Orden, la destinada a acoger a los laicos. El
pueblo lo beatificó “por culto inmemorial”.
Mallorca
acababa de ser conquistada por Jaime I, incorporándola al Reino de Aragón. De
joven entró en la corte como paje del infante, que luego sería Jaime II y
conquistador del Reino de Murcia.
De joven
llevó una vida licenciosa, de excesivas alegrías en el comportamiento. Sobre los treinta años, su vida dio un giro
total. Vendió todas las propiedades que
adelantó en forma de herencia a su mujer e hijos, volvió a Mallorca y tomó un
esclavo (tal cual) árabe, que le enseña la lengua. Predica, viaja, insta hacia
la veracidad de su doctrina.
Aflora el
filósofo que rebate el racionalismo del cordobés Averroes, el teólogo en
contraposición a Santo Tomas de Aquino, contrario al Dogma de la Inmaculada de
la que él es un defensor, o el hombre científico que descubre ‘la rosa de los
vientos’ y el nocturlabio. Conoce a la perfección la Escuela Cartográfica
Mallorquina.
Desglosar
todo esto es casi imposible por espacio y tiempo. Como muestras, cabe señalar
que la rosa de los vientos, a modo de círculo, señala la procedencia y el
nombre de los vientos, hasta el punto que lo hacía como un elemento esencial
para la navegación marítima.
El
nocturlabio facilitaba el tránsito por los mares, de noche. La combinación de
las estrellas según qué tiempo del año, y su posición en el cielo, predecían
vientos, tempestades y mareas, de tal manera que a modo de disco de madera o
latón con un sistema de agujas, era un instrumento fundamental para la navegación
de su tiempo.
Predicó,
instó a Cruzadas, asistió al concilio de Viennes. Está enterrado en el convento
de San Francisco de Palma. En el Paseo de Sagrera, al final del Born, un
monumento eleva su figura. En una de los laterales está inscrito: “El amor es lo
que al esclavo hace libre y al libre lo hace esclavo” Ya solo por eso…
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