Después de la noche de juerga
venía algo que no tenía nada que ver con lo disfrutado. Dolor de cabeza, malestar
generalizado y casi siempre adobado con una bronca segura “porque te pasaste,
te pasaste, y eso que te lo tengo advertido”. No van por aquí los tiros. ¡Ni mucho menos!
El sábado por la noche, Álora,
tuvo la suerte de contar con algo muy especial. Alguien ha dicho que fue una
noche histórica. A lo mejor usamos con cierta alegría el vocablo y… Sí, fue una noche excepcional, única. El Maestro Abel
Moreno tomó la batuta, dirigió a la Banda Municipal – reforzada con otros
músicos de lugares diferentes - y estrenó el pasodoble flamenco: “Álora”. Su
regalo para el pueblo.
El Maestro Moreno, además de
ser una autoridad en la música militar y marchas procesionales, es ese otro abuelo que a todos nos gustaría
tener. Generoso, atento, escucha a los amigos, los complace. A su obra
reconocida a nivel mundial – y no es una
exageración – agrega, ahora, el nombre de Álora...
Una tórrida mañana de agosto,
otro maestro, en este caso maestro de la amistad, (yo digo que es el cónsul
‘Amoris causa’ que Álora tiene en Encinasola), le dijo: “Abel, Álora no tiene
un pasodoble tuyo”…
El sábado por la noche lo
presentaba en sociedad. La sensación entre los asistentes, puro gozo; la resaca, después. Esa resaca, a
diferencia de la otra, es en la que uno se regodea y se alegra de haber estado
allí y cuando deja pasar el tiempo ve que es
una pieza que tiene el carácter de ser una joya.
Explicó el Maestro que el
pasodoble flamenco tenía tres partes. Una propia de creación; una segunda, que
recogía algo de la Salve que compuso Antonio García Barbeito para las dos
Vírgenes de Flores – de Encinasola y Álora – y a la que él puso música, y una
tercera donde recoge unas pinceladas de la esencia del foloclore popular – de
ahí ‘flamenco’ - de la localidad: el fandango de Álora.
Un grupo de marochos - se
cumplen 534 años - ponían cerco, precisamente por estos días, a Álora. Venían encuadrados en el ejército de
los Reyes Católicos. Ahora, de Encinasola – desde donde ha venido otro grupo
acompañando al Maestro - nos se nos ha legado, en
el lenguaje universal entendido por todos, la música, un pasodoble flamenco,
“Álora”, de la mano de su hijo más ilustre: Abel Moreno. ¡Bendita resaca!
No hay comentarios:
Publicar un comentario