lunes, 18 de junio de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Resaca



Después de la noche de juerga venía algo que no tenía nada que ver con lo disfrutado. Dolor de cabeza, malestar generalizado y casi siempre adobado con una bronca segura “porque te pasaste, te pasaste, y eso que te lo tengo advertido”. No van  por aquí los tiros. ¡Ni mucho menos!

El sábado por la noche, Álora, tuvo la suerte de contar con algo muy especial. Alguien ha dicho que fue una noche histórica. A lo mejor usamos con cierta alegría el vocablo y… Sí, fue  una noche excepcional, única. El Maestro Abel Moreno tomó la batuta, dirigió a la Banda Municipal – reforzada con otros músicos de lugares diferentes - y estrenó el pasodoble flamenco: “Álora”. Su regalo para el pueblo.

El Maestro Moreno, además de ser una autoridad en la música militar y  marchas procesionales,  es ese otro abuelo que a todos nos gustaría tener. Generoso, atento, escucha a los amigos, los complace. A su obra reconocida  a nivel mundial – y no es una exageración – agrega, ahora, el nombre de Álora...

Una tórrida mañana de agosto, otro maestro, en este caso maestro de la amistad, (yo digo que es el cónsul ‘Amoris causa’ que Álora tiene en Encinasola), le dijo: “Abel, Álora no tiene un pasodoble tuyo”…

El sábado por la noche lo presentaba en sociedad. La sensación entre los asistentes,  puro gozo; la resaca, después. Esa resaca, a diferencia de la otra, es en la que uno se regodea y se alegra de haber estado allí y  cuando deja pasar el tiempo  ve que es  una pieza que tiene el carácter de ser una joya.

Explicó el Maestro que el pasodoble flamenco tenía tres partes. Una propia de creación; una segunda, que recogía algo de la Salve que compuso Antonio García Barbeito para las dos Vírgenes de Flores – de Encinasola y Álora – y a la que él puso música, y una tercera donde recoge unas pinceladas de la esencia del foloclore popular – de ahí ‘flamenco’ - de la localidad: el fandango de Álora.

Un grupo de marochos - se cumplen  534 años -  ponían cerco, precisamente por estos días,  a Álora. Venían encuadrados en el ejército de los Reyes Católicos. Ahora, de Encinasola – desde donde ha venido otro grupo acompañando al Maestro -  nos se nos ha legado, en el lenguaje universal entendido por todos, la música, un pasodoble flamenco, “Álora”, de la mano de su hijo más ilustre: Abel Moreno. ¡Bendita resaca!




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