Una exposición sobre el pasado
romano de Álora, en Canca, da a conocer cómo era la vida en la villa, sus
cultivos, producciones de cereales y viñedos, su dependencia del agua y la importancia que
tuvo en la economía y en la existencia de los hombres de aquel tiempo.
La villa romana de Canca, en Álora,
la Iluro romana, entonces se enclavaba al pie de la Sierra de El Hacho, en la
margen derecha del arroyo Hondo y en las faldas del Monte Redondo. Su terreno,
quebrado, en costera y levemente descendente hasta la corriente del río
Guadalhorce, que en aquel tiempo se conoció con el nombre de Saduca Fluvius.
La Iluro romana estuvo
enclavada en opinión de la mayoría de los arqueólogos que la han estudiado bajo
los muros del castillo de las Torres en el cerro del mismo nombre. Descartan pues su presencia en Lauro con la
que no la identifican y que hoy se correspondería con un territorio existente
entre Alhaurín de la Torre y Alhurín el Grande.
Canca tuvo carácter de villa.
La agricultura y el recreo fueron los atractivos que ofreció a los habitantes
que vivieron entre los siglo I y II d. C., o sea ya nuestra Era. Perduró en
tiempo hasta la llegada de los visigodos en que perdió importancia hasta su destrucción y posterior ruina.
La presencia de agua que se
canalizó a través de minas – conducciones subterráneas – hizo que el lugar
gozase de un gran privilegio sobre otras zonas y se enmarcarse a medio camino
entre la quinta romana (no hay que olvidar que el Guadalhorce fue navegable
hasta Cártama, ‘Cartima’, donde quedaron numerosos y valiosos vestigios) y la
villa con unas termas de gran calidad.
El Museo Municipal Rafael Lería
ha montado una exposición recientemente abierta al público y que permanecerá
hasta finales de verano con piezas del propio museo y con recreaciones de cómo
fueron las termas que le confirieron prestigio e importancia en toda la zona.
La existencia de vestigios
romanos en estos enclaves del Guadalhorce ya cercano a su desembocadura dan
cuenta del poblamiento romano de gran importancia que existió en todo el curso
del río desde su nacimiento cerca de los Alzares, paso por la vega antequerana
y su vega baja cercana al mar. Parte de todo ello puede admirarse en esta
exposición.
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