viernes, 15 de junio de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Roma sale a la calle



Una exposición sobre el pasado romano de Álora, en Canca, da a conocer cómo era la vida en la villa, sus cultivos, producciones de cereales y viñedos,  su dependencia del agua y la importancia que tuvo en la economía y en la existencia de los hombres de aquel tiempo.

La villa romana de Canca, en Álora, la Iluro romana, entonces se enclavaba al pie de la Sierra de El Hacho, en la margen derecha del arroyo Hondo y en las faldas del Monte Redondo. Su terreno, quebrado, en costera y levemente descendente hasta la corriente del río Guadalhorce, que en aquel tiempo se conoció con el nombre de Saduca Fluvius.

La Iluro romana estuvo enclavada en opinión de la mayoría de los arqueólogos que la han estudiado bajo los muros del castillo de las Torres en el cerro del mismo nombre.  Descartan pues su presencia en Lauro con la que no la identifican y que hoy se correspondería con un territorio existente entre Alhaurín de la Torre y Alhurín el Grande.

Canca tuvo carácter de villa. La agricultura y el recreo fueron los atractivos que ofreció a los habitantes que vivieron entre los siglo I y II d. C., o sea ya nuestra Era. Perduró en tiempo hasta la llegada de los visigodos en que perdió importancia hasta  su destrucción y posterior ruina.

La presencia de agua que se canalizó a través de minas – conducciones subterráneas – hizo que el lugar gozase de un gran privilegio sobre otras zonas y se enmarcarse a medio camino entre la quinta romana (no hay que olvidar que el Guadalhorce fue navegable hasta Cártama, ‘Cartima’, donde quedaron numerosos y valiosos vestigios) y la villa con unas termas de gran calidad.

El Museo Municipal Rafael Lería ha montado una exposición recientemente abierta al público y que permanecerá hasta finales de verano con piezas del propio museo y con recreaciones de cómo fueron las termas que le confirieron prestigio e importancia en toda la zona.

La existencia de vestigios romanos en estos enclaves del Guadalhorce ya cercano a su desembocadura dan cuenta del poblamiento romano de gran importancia que existió en todo el curso del río desde su nacimiento cerca de los Alzares, paso por la vega antequerana y su vega baja cercana al mar. Parte de todo ello puede admirarse en esta exposición.




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