El río Jordán nace al norte del monte Hermón, recoge
el deshielo y baja por tierras de Israel hasta el mar de Galilea, primero;
hasta el mar Muerto, después. En sus inicios es un río níveo; en la mediación,
frontera entre Israel, Jordania y Palestina; en su final un río con una enorme
salinidad, superior incluso a la de los océanos.
El río Jordán es, también, un río bíblico. El
evangelio de San Marcos lo deja claro: “y sucedió en aquellos días que Jesús
vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán.
E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían…”
En la pintura religiosa del Barroco – y, en la posterior –
con ese nombre de “Jordán” se conoce a
los cuadros que recogen la escena del bautismo de Jesús. Los artistas siempre
le concedieron un tinte de espiritualidad y recogimiento a ese momento en que
se inicia la vida pública de Jesús.
Leonardo Fernández ha
pintado un “Jordán”. Lo ha donado al pueblo de Álora y se colgará en la
parroquia de la Encarnación. El artista lo hace altruistamente y se ha contado
con la colaboración de la propia Parroquia, la Caja Rural de Granada y el
Ayuntamiento de la localidad.
El cuadro se ha presentado en la Agrupación de Cofradías de
Málaga. Dentro de unos días, antes de su ubicación definitiva, se hará,
también, en la propia localidad. El pintor ha combinado las imágenes del río
Guadalhorce, con las de la localidad y el momento bíblico.
Los colores se han quedado para posar en el lienzo. El agua es un chorro de vida y gracia
– la Gracia de Dios – corre por el
Guadalhorce. Ya no es un río cualquiera; se transforma en el Jordán y Álora se
asoma de puntillas y asiste a algo único, al que no falta ni la mismísima representación
del Espíritu Santo.
Leonardo es el pintor de lo primoroso; del día a
día, de eso que a fuerza de verlo forma parte de nuestra vida, del quehacer
cotidiano. Y ahora va y nos ayuda, con
lo difícil que a veces, es eso, a rezar. Vean, gocen. Que ustedes lo disfruten.
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