Lesbos dicen que es una isla preciosa. Las aguas azules
bañan sus costas rocosas. El aire que viene de oriente trae aromas arrancados en
las tierras áridas de Turquía; un manto
de olivos y plantas aromáticas cubren su suelo.
Lesbos tiene un cielo limpio y claro… Lesbos por solo eso ya
sería una tierra de ensueño. Pero, además, agrega que allí nació Safo. Su
poesía lírica: “¿Arde de nuevo el corazón
inquieto?/ ¿a quién pretendes enredar en suave / lazo de amores?” la hace
encabezar la lista de poetisas grandes de la antigüedad.
Casi no sabemos nada de ella. De su vida quiero decir. Lo
que conocemos es a través de sus versos. Su amor heterosexual la hizo una mujer
libre. Muy libre para los tiempos que corrían. Hay mucha oscuridad en todo lo
que se ha escrito sobre ella… Fue una mujer excepcional.
Aspasia de Mileto hizo bueno, seguramente sin ella saberlo
ella, que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Llegó a Atenas siguiendo
a las hetarias – mujeres cultas y sofisticadas que vendían muy bien sus favores
-. Se casó con Pericles. Dicen que tuvieron un hijo, al enviudar se casó con
Lisicles, que murió pronto… Luego, de su vida no se supo más.
Los ojos negros y rasgados, las cejas pobladas, las
mandíbulas recias y el pelo negro movido por las brisas le daban imagen de una
mujer dura. Era los ojos de Irene Papas. La actriz jugó con el atrevimiento y
el riesgo en los ‘Cañones de Navarone’ de Lee Thompson o con la pasión, la
muerte y la tragedia en ‘Zorba el Griego’ de Michael Cacoyannis.
Nana Mouskouri tiene unos ojos grandes que parecen más grandes
detrás de unas gafas de óptica. Nana tiene el pelo lacio y la voz
aterciopelada. Nació en Creta. Arrancó su carrera musical en Atenas y, luego se
extendió por el mundo entero. Nana hizo versiones de las canciones más
populares en diferentes países.
Grecia estos días está en la sobremesa de nuestras casas. Viene
de la mano de los telediarios. Hay otra Grecia y otras personas. No tienen nada
que ver con lo que nos venden… No solo deben ellos; les debemos, en otro orden
de cosas, también mucho nosotros: “ex Oriente Lux”. Pues eso.
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