Ha volado – y no
precisamente por los aires – el narco más peligroso, o uno de los más, en ese
mundo sucio y oscuro del mundo de la droga, en este caso con nacionalidad
mexicana. Ha ‘volado’ por un túnel hecho, como ocurre siempre, con la
connivencia y la colaboración necesaria desde dentro.
Voló también hace muchos años un futuro programado a manera
de sucesión pero que como consecuencia del atentado – con túnel de por medio –
cambió la Historia de España. Era la víspera de Navidad; era Madrid y hacía
mucho frío aquella mañana en la calle Claudio Coello, en las traseras de la
iglesia de los Jesuitas.
Ha volado, hacia Porto, el mejor portero de la historia del
fútbol español. Le han acusado de muchas cosas. A algunos no se le perdonan ni
las virtudes y a este hombre se le reconocen muy pocas cosas por algunos a los
que le vuelan con mucha rapidez los recuerdos.
San Fermín, o sea la feria que es distinta a las demás,
sobre todo por las mañanas ha hecho que vuelen las hojillas del calendario y
Estafeta, Cuesta de Santo Domingo, Telefónica… y otros nombres sean algo
nebuloso en las mentes de muchos que osaron a pulsear el destino.
Ha volado parte del populismo griego. Ellos, que como aquel
al que le dijeron: “firme aquí” y contestó ¿firmar? Si una vez firmé una y por
poco la pago”… Ellos, decía, se enfrenta al vuelo del tiempo y según dicen
tienen setenta y dos horas para estar dentro o fuera y si se piensa cómo vuela
el tiempo…
Las que parece que ya no vuelan son aquellas golondrinas que
volvían en los versos de Bécquer, que colgaban sus nidos bajo el balcón y que
refrenaban el vuelo cuando contemplaban la hermosura y la dicha… En fin alguien
dijo que se canta lo que se pierde. El sevillano universal sabía mucho, en su
interior, de lo que cantaba…
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