miércoles, 29 de julio de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cosas de verano

Los tabarros se iban y se venían esta mañana temprano a las uvas de la parra como quien va a lo suyo. Tienen un enemigo natural que madruga más que ellos: los mirlos pero no les importa. En cuanto el sol apunta por el Cerro de la Fiscalas ellos inician su viaje mañanero.

Comparten y no se pelean. Hay para todos. Aún no han aprendido esa lección de los políticos al uso que se dan puñaladas. La naturaleza es más sabia y más noble. Y, para cuando den de corto ahí están ya las higueras con los higos chorreando miel por el ombligo.

Los tabarros a esa hora me recuerdan a aquellas beatas que acudían a la misa de alba del pueblo. Velo sobre la cabeza, misal bajo el brazo y a ‘desayunarse’ con el manjar divino. Los tabarros saben que estas uvas no van para vino y, ellos, que no son nada irreverentes, le aligeran el camino antes que lleguen a la mesa.

Las uvas – por Santiago, la más tempranas ya tienen la sazón oportuna – están en su punto óptimo de madurez, color y azúcar. Son néctar puro. Están resignadas porque lo saben que ellas no tendrán el fin divino de aquellas que serán vino de misa… Así es la vida.

Zureaban las tórtolas en los álamos del arroyo. Desde el comienzo del verano están por aquí. Cada vez se ven menos, es verdad. Pero es una delicia escucharlas. Estaban en competencia con un ejército invisible de chicharras que anuncian que el día promete, como prometió en el ayer y el antier y el otro, y el otro… Ni un respiro desde que comenzó julio.

Dice el periódico que, al parecer, han sido dos chispas las causantes de los incendios de Ódena y de las cercanías el Burgo de Osma. Una en la trituradora de paja de una explotación agrícola; la otra, en una cosechadora.


Los tábarros, las tórtolas y las chicharras son totalmente ajenos a los hechos. Esperemos que en este país nuestro nadie ose acusarles a ellos, porque cuando se leen las tonterías que se leen para justificar lo que no lo tiene… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario