Así
como de golpe, no. Arde una parte próxima a la Sierra de Cazorla. La que está más al sur,
en las cercanías de Quesada y ve de frente Sierra Mágina. Parece que todo
apunta, puestos a buscar culpables, a una fortísima tormenta de hace unos días,
con muchos rayos y sin agua. Y, ha venido lo que tenía que venir.
Es
aquella sierra que cuando niños cantábamos, en pupitres bipersonales y el
maestro - mi maestro don José Oropesa - señalaba con el puntero sobre un mapa
de hule ajado y con los ángulos descascarillados: “el río Guadalquivir nace
entre las Sierras de Pozo y Cazorla, provincia de Jaén, pasa por
Montoro, Córdoba y Sevilla y desemboca por Sanlúcar de Barrameda, en la
provincia de Cádiz”.
Hablar
de la “Sierra de Cazorla” para un foráneo es entender de todo el macizo.
Para un lugareño, desde luego que no. Y te dirán que Cazorla solamente son los
montes que la rodean: de El Chorro al puerto de las Palomas, y que pasan por el
propio pueblo, la Iruela y Burunchel.
Como
en todos sitios no deja de ser rivalidad entre vecinos, y entre gente que
comparten brisas y sofocos, solanos o cierzos, noches estrelladas y ventiscas,
(desde uno u otro lado de estas montañas, que todo es del color del
cristal con que se mira) pero, como aquí, de lo que se trata es de ver y
admirar...
Se
puede entrar por cuatro sitios: por Pontones, si se viene desde La Sagra; por El Chorro, después de superar
el puerto de Tíscar y Quesada (por donde dicen que se las anda el fuego); por
Cazorla y el puerto de Las Palomas - por donde lo hace más gente -; por la
Puerta de Segura..., y desde luego, también hay otras. Es cuestión de husmear
en los mapas.
Yo
entré un invierno por El Chorro hasta el nacimiento del Guadalqujivir con una
nevada enorme. La visión sobrecogedora; ‘otras’ cosas se subían a la garganta…
Cuando mitiguen algo las calores habrá que dar una vuelta y ver cómo ha quedado
todo. ¡Qué pena!
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