La noticia fechada en Madrid hablaba de árboles asesinos en
El Retiro. Así, como suena. ¿Cómo puede ser un árbol ‘asesino’? Los árboles son
seres vivos. Desarrollan su vida desde el nacimiento, envejecen y llegan al
final. Podar un árbol es ayudar a que se regenere, a alargar su vida. Nuevos
brotes como en el poema de Don Antonio Machado hablarán de la vida que florece.
Talar es diferente a podar que conlleva acción devastadora.
Talaban los ejércitos medievales los campos de ‘los otros’ para someterlos con
más facilidad. Talaban árboles porque así privaban a su ‘enemigo’ de la comida
necesaria. Eran otros tiempos.
Las ramas secas, enfermas, viejas… necesitan una renovación.
A eso se le llama poda. Una corriente un
tanto rara corre con facilidad entre mucha ignorancia. Se oponen a la limpieza
de los cañaverales en los cauces de los
arroyos y de los ríos. La poda – corta de cañas – significa que brotarán con
más vigor, con más fuerza…
No quieren que se poden bajos los rosales del parque, no
diferencian entre maleza y vegetación y dicen que no hay malas hierbas. Claro
no han leído las biografías algunos prohombres que han firmado penas de muerte…
Naturalmente, son otras yerbas.
Los becarios trabajan en algunos periódicos durante los
meses de verano. Me imagino que con sueldo, si es que les pagan algo, de
miseria. Ello no conlleva que no se escriba con propiedad. Hace unos días en
Málaga alguien publicó que en la Avenida de Velázquez había fallecido un perro
atropellado por un coche… Los animales mueren; fallecen, las personas.
Alejandro Casona escribió en su destierro de Argentina a
finales de los cuarenta: “Los árboles
mueren de pie”. Años sesenta, TVE,
blanco y negro, ‘Estudio 1’. Dirección Gustavo Pérez Puig. Intérpretes:
Tota Alba, Carlos Lemos, Manuel Alexandre…Era una ilusión; otra ilusión. Es
ilusión que los árboles vivan. Los árboles ni los del Retiro ni de ningún sitio
son ‘asesinos’.
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