Dice el refrán: “Por Santa Lucía, se acortan la noches y se
alargan los días”. Santa Lucía fue el trece. El pueblo llano sabe que por estas
fechas ya cambia algo. Es el solsticio de invierno. O sea es, a decir de
algunos, el nacimiento de la alegría.
Dentro de poco oiremos, cada mañana, en el bar. “Ya se le
nota a los días…” Y el sol que nace por los Lagares y se va por el Monte
Redondo se hace remolón, poquito a poco. Como quien se encuentra a gusto y no
quiere irse.
Tromson es una ciudad de la Laponia noruega, a orillas del
Ártico, próxima al Polo Norte. De aquí partió Amundsen… En estas fechas del año,
allí, es noche cerrada. Todo es oscuridad. No está, aunque sí se le espera, la
luz.
Una noche de sol de media noche, en verano, una rubia sami
que hablaba perfectamente español me dijo que, a partir del 16 de enero
comienza a vislumbrarse un poco de luz en el horizonte. Y ¿cómo pueden vivir -
pregunté, ingenuamente - con tanta oscuridad?
y ¿ustedes, me respondió, como viven con 40º a la sombra? Me calló.
Dicen los que saben de estas cosas que hoy es el solsticio
de invierno; la iglesia, que dentro de unos día nace el Sol de los creyentes, o
sea Jesús, y el pueblo llano, que nace el sol, que se alargan los días, y que
comienzan a quedarse atrás los días melancólicos y triste del otoño. Pasamos de
estación: llega el invierno.
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