martes, 17 de diciembre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hasta luego Mr. Chips

                                  

No es exactamente así. Pero he querido que lo sea. El título de la novela de James Hilton es  ‘Goog-bye, Mr. Chips’. Cuando vi la película y  a aquel Peter O’Toole en el papel del profesor desencajado que no sintonizaba con la clase… me enganchó. La he vuelto a ver. Varias veces.

“Adiós, Mr. Chips” es una historia tierna, entrañable. Le puede ocurrir a cualquiera. Profesor de una ficticia escuela, su vida se transforma cuando llega Katherine. El amor de aquella mujer  lo puede todo. Lo cambia todo, lo vuelve del revés… y después pasa lo que tiene que pasar. Las cosas no pueden acabar bien; entonces, no sería la vida.

Fue el actor de los ojos azules. Sus ojos puede que hubiesen aprehendido el cielo de Escocia,- de donde era su madre - de una tarde de la primavera y, mezclada con espumas turquesa del Atlántico…

Trabajó en el cine hasta el aburrimiento.  No le dieron el Oscar por ninguna película. Sí, a la trayectoria. A veces, la gente, riza el rizo, con tal de no admitir que es cicatera y mezquina. No va a ser el primero; tampoco, el último.


Ha muerto Peter O’Tool, la prensa destaca de él su papel en Becket y en Lawrence de Arabia… Es, probablemente, su película más espectacular. Me quedo con ‘Adiós, Mr. Chips’ es más tierna. Aquellas imágenes con la merienda del huevo duro en el graderío del anfiteatro… Son únicas. Como el hombre de los ojos azules y la mirada penetrante.

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