No es exactamente así. Pero he querido que lo sea. El título
de la novela de James Hilton es ‘Goog-bye, Mr. Chips’. Cuando vi la
película y a aquel Peter O’Toole en el
papel del profesor desencajado que no sintonizaba con la clase… me enganchó. La
he vuelto a ver. Varias veces.
“Adiós, Mr. Chips” es una historia tierna, entrañable. Le puede
ocurrir a cualquiera. Profesor de una ficticia escuela, su vida se transforma
cuando llega Katherine. El amor de aquella mujer lo puede todo. Lo cambia todo, lo vuelve del
revés… y después pasa lo que tiene que pasar. Las cosas no pueden acabar bien;
entonces, no sería la vida.
Fue el actor de los ojos azules. Sus ojos puede que hubiesen
aprehendido el cielo de Escocia,- de donde era su madre - de una tarde de la primavera
y, mezclada con espumas turquesa del Atlántico…
Trabajó en el cine hasta el aburrimiento. No le dieron el Oscar por ninguna película.
Sí, a la trayectoria. A veces, la gente, riza el rizo, con tal de no admitir que
es cicatera y mezquina. No va a ser el primero; tampoco, el último.
Ha muerto Peter O’Tool, la prensa destaca de él su papel en
Becket y en Lawrence de Arabia… Es, probablemente, su película más espectacular.
Me quedo con ‘Adiós, Mr. Chips’ es más tierna. Aquellas imágenes con la
merienda del huevo duro en el graderío del anfiteatro… Son únicas. Como el
hombre de los ojos azules y la mirada penetrante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario