“Y, el pandero de Cachorro, ¡qué asombro!, tres veces, se
rompió”. No fue así, pero pudo serlo. Es la letra final de remate de un
villancico. Dos pastorales – Cofradía de San Juan y ‘la de Álora’ - llenaron
las calles, en la tarde del sábado, con la música propia del tiempo que corre.
Juan Pérez, -Juani ‘Cachorro’ para los amigos- lleva el
alma de la pastoral tan dentro que cuando la aflora en el manejo del pandero, es arte puro. Lo demostró, ayer, como director
en una, y como componente, en la otra ¿se puede pedir más?
Los actos culturales se han solapado este fin de semana. Han
sido un chorro continuado; uno, no sabe
dónde acudir. Verán. Magnífico concierto de ‘Nuestra Tierra’ en el Cervantes.
Teatro lleno - entradas agotas - y ellos, desgranando lo mejor de la música
folk. Supimos cómo cantaba el pueblo en Galicia, Cantabria, Castilla o la
propia Andalucía y, supimos, también, que son excepcionales e irrepetibles.
Los vecinos de la calle Clavel - barriada de las Casas Nuevas
- montaron un Belén viviente. Una preciosidad, oigan, algo lleno de
originalidad, buen gusto, y detalles tan
pintoresco como un alcalde, ‘pastor por un rato’, lavanderas en el agua
clara que baja casi en cascada o una perdiz en el portal…
Reconfortantes – hacía frío – el chocolate y los roscos. Los
ofrecían las vecinas a los asistentes; la calle, colapsada. ¿Por la merienda
gratis? No. Por todo el arte sacado a las puertas de las casas. No se cabía.
Era imposible transitar por ella. Como Sol hace unos días pero sin metro y en
chiquito. Vamos, como de pueblo. Eso sí, pueblo blanco, único y acogedor.
Un mercadillo navideño llenó la Fuentarriba. Todo se compra
y todo se vende. Afluencia masiva y marea que va y viene. Gente y más gente. Productos
artesanos, ropa, flores, alimentación. ¿Qué no han probado la chacina de
Alfonsito? Ustedes se lo pierden. Palabrita del Niño Jesús. Y, que quede claro,
al menos, por la tarde de ayer, el pandero de Cachorro, salió vivo.
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